El funcionamiento de una empresa no depende de la experiencia de sus impulsores ni tampoco de su edad. Los alumnos del IES El Palmeral han demostrado un año más que para que una idea tenga éxito hay que dar rienda suelta a la imaginación y volcarse con el proyecto. No importa la idea ni la inversión inicial si no el trabajo de difusión y de búsqueda de capital.

A través de la asignatura optativa de «Empresa e Iniciativa Emprendedora» alumnos de tercero y cuarto de Educación Secundaria (15 y 16 años), han creado sus propias cooperativas con las que no solo han recuperado su inversión sino que la han multiplicado por más de diez y también han sacado fondos para entregar a una ong, en este caso será Cáritas.

Los alumnos que ayer culminaron su proyecto con la venta de sus últimos productos en el mercado semanal de los martes de Orihuela, empezaron desde la nada. Entre todos decidieron montar una cooperativa de venta de productos gastronómicos tradicionales de la Vega Baja y para ello registraron la empresa en un registro especial para cooperativas de estudiantes ubicado en Asturias e invirtieron seis euros por alumno. Con esa cantidad (300 euros) compraron una tableta y decidieron sortearla con la venta de papeletas que se publicitó a través de un «flashmob», un vídeo musical realizado por los propios alumnos. Con esta iniciativa consiguieron vender 1.200 papeletas y por lo tanto cuadruplicar su inversión inicial. De esta forma pudieron comprar género a distintos proveedores de la comarca y comenzar a vender.

El profesor Antonio Guirao que junto a la docente María Sevilla coordina el proyecto, señaló que esta asignatura es «muy importante porque los chavales sacan toda su creatividad y aprenden a valerse por sí mismos». En este sentido comentó que llegaron a hacer una gran campaña de difusión a través de las redes sociales con la que consiguieron que les hicieran ocho pedidos desde Madrid, Asturias, Murcia, Sevilla, entre otros. Guirao manifestó que esta optativa «les hace pensar y resolver problemas por sí mismo por lo que les ayuda a crecer como personas». En relación a esto, indicó que «además les sirve para coger experiencia para un futuro próximo».

Tras todo un curso de trabajo para que la cooperativa se mantuviera, los alumnos cerraron ayer la actividad vendiendo sus últimos productos y no les fue nada mal ya que «lo hemos vendido todo». Tras esta actividad que lleva celebrándose en el instituto cinco años, los alumnos alcanzan unos beneficios de 80 euros cada uno tras haber dado entre el 20 y el 50% del total a una ong. El profesor destaca que todos sus alumnos han salido airosos «pero son conscientes cuando hacen la inversión de que pueden llegar a perder el dinero».