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Agricultores denuncian un vertido al Segura que está secando sus cítricos

Los afectados tienen sus fincas entre las partidas de Arneva y El Mojón y sitúan la contaminación hace dos o tres semanas, cuando el río triplicaba el caudal

Un regante ayer, en los campos de cítricos que han resultado dañados por las aguas del Segura. TONY SEVILLA

Ocurrió hace un par o tres de semanas, pero los efectos no se han visto hasta hace unos días. Juan Rodríguez, propietario de fincas, su hermano y otros vecinos, todos ellos con terrenos de cultivo, principalmente cítricos en la Ermita de lo Cabello, entre Arneva y el Mojón, en Orihuela, han regado sus tierras con tóxicos y vertidos sin saberlo. El agua procedía del Segura. Ayer comenzaron las denuncias antes los tres estamentos distintos con competencias de vigilancia, control y sanción: la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil y el Juzgado de Aguas de Orihuela. La extensión de los cultivos afectados aún se desconoce; de hecho, los agricultores en estos días han vuelto a regar con agua del río Segura con la esperanza de que los árboles se recuperen, ahora parecen que se secan. «Miras a los naranjos y tienen una "tristeza"», explica este agricultor que detectó el vertido contaminante a través de los limoneros porque han comenzado a perder las hojas.

Juan Rodríguez añade que el agua procedía de la penúltima tanda que les concedieron y que los beneficiarios de aquellas aguas del Segura, de las que desde hace meses se destaca su calidad, no sabían lo que contenían. «Cuando riegas con aguas del río no sabes nunca qué va a pasar. Aquellos días iba muy alto (llegó a triplicar su caudal) y es más fácil para empresas contaminantes eliminar sus productos tóxicos porque nadie se da cuenta», asegura el agricultor. Cuando las compuertas se abren, él y otros regantes tienen derecho a su parte del agua que transporta el río, se procede por orden, por tandas, a su distribución. Los campos se anegan y muchos miran al cielo esperando que nada malo ocurra.

El agricultor añadía que además de la denuncia pública de los hechos poco más se puede hacer porque lo que llevaba entonces el río nadie lo sabe a ciencia cierta y los efectos se descubren al cabo de semanas, cuando es imposible un análisis que permita llegar a los autores del vertido. «En el Seprona nos han perdido informes periciales -aseguraba ayer-, pero ¿de dónde vamos a hacerlos?. El daño ya está hecho».

Hace unas semanas la CHS relacionó la muerte de peces en el río a su paso por Orihuela con el aumento brusco del caudal y rechazó que hubiera sido por un vertido.

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