Los vecinos de Granja de Rocamora se preocupan por su pueblo y buscan su bienestar así como el de todos sus habitantes. Por eso cada año, con motivo de las fiestas de mayo, celebran un ritual centenario en el que piden a Dios la protección de todo el término municipal así como sus cosechas de cualquier tempestad o desastre natural que pueda dañarlas. Todo ello a través de la Bendición de los Aires con el Lignum Crucis, una reliquia de la Cruz de Jesucristo cedida por el Vaticano al municipio que bajo palio y en manos del párroco de la localidad se sitúa hacia los cuatro puntos cardinales mientras el sacerdote realiza cuatro oraciones que tratan de proteger a Granja de Rocamora durante todo un año de cualquier desgracia.

Esta tradición que se remonta al siglo XVII, tiene lugar el 3 de mayo, festividad que la iglesia católica dedica para honrar la cruz en la que murió Jesucristo por la salvación. Esta jornada todos los vecinos se reúnen en torno a la Cruz en una jornada festiva y de convivencia que sirve de broche para estas fiestas que se celebran entre 1 y el 3 de mayo. El acto comenzó a las once de la mañana. Una vez que las campanas dieron la hora y mientras la banda tocaba el himno nacional, salió de la iglesia el Lignum Crucis para iniciar una procesión que le llevaría hasta la ermita donde tuvo lugar la Bendición de los Aires.

La reliquia del madero en que el murió Cristo, estuvo acompañada por las comparsas de Moros y Cristianos, las reinas de las fiestas, autoridades civiles y eclesiásticas y numerosos vecinos del municipio que acompañaron alumbrando al Lignum Crucis. Una vez que la comitiva llegó a la ermita tuvo lugar la ofrenda floral con la que los comparsistas pudieron realizar dos grandes cruces de flores frente a las puertas del templo. Pronto, todos los presentes cogieron sitio para ver de cerca el ritual para proteger a su pueblo que fue concluido por los capitanes, también presentes en la procesión, que tras el ruego que realiza el sacerdote en nombre de toda la localidad, enarbolaron dos grandes banderas rojas que se han convertido en uno de los símbolos más característicos de granja de Rocamora. Los capitanes levantan las banderas hacia los cuatro puntos cardinales al toque de dulzaina y tamboril mientras unos niños vestidos de Ángeles y con coronas con cruces hacen un pequeño baile para terminar la Bendición de los Aires.

Subasta

El honor de portar y enarbolar las banderas no se gana sino que se compra en una subasta. La noche del 3 de mayo, tras la jornada de celebración de la Fiesta de la Cruz, junto a la ermita tiene lugar una subasta pública en la que los habitantes de Granja de Rocamora pujan por ser los capitanes de las fiestas del año siguiente. En la jornada de ayer los capitanes consiguieron portar las banderas con su puja de 13.200 euros aunque ha habido pujas que han superado los 22.000 euros. Con esta actividad lo que se consigue es mantener estas tradicionales fiestas ya que el dinero obtenido de la subasta financia parte de las fiestas ya que el Ayuntamiento también sufraga algunos gastos. Tras la jornada festiva de ayer y las comidas en familia que celebraron los vecinos de Granja de Rocamora como suele ser habitual en esta fecha tan señalada, por la noche, a las diez y media, estaba prevista la celebración de la subasta con el objetivo de preparar ya las fiestas del próximo año.