Cualquier persona que se acerque al parque de La Alameda de Dolores puede observar que el establecimiento que está ubicado allí no tiene nada que ver con un kiosko. Solo cuenta de una licencia de concesión como tal, pero los rótulos indican que su especialidad son «las paellas y las tapas». Las dimensiones, de cerca de 110 metros cuadrados, casi triplican lo estipulado en la concesión administrativa. A la postre, el concesionario no paga el canon anual de 1.080 euros desde 2010.