Era una de las procesiones más numerosas en tronos y advocaciones, seis cofradías en las calles, ocho pasos caminando de regreso a su punto de partida. Salieron imágenes de profunda raigambre -la Oración del Huerto, la Flagelación Virgen de la Estrella, San Pedro Arrepentido, la Santa Cena-. Pero la del Lunes Santo en Torrevieja fue una vez más la procesión del Nazareno. Así lo siente la gente, con el permiso de las demás cofradías que desfilan precediendo al Cautivo, recientemente restaurado, y así lo sintieron aquellos que jalonaron su nuevo recorrido por el centro de la ciudad.

Mueve devociones la talla de Nuestro Padre Jesús y el espectador más profano lo pudo entender anoche cuando la imagen doblaba de San Pascual a Azorín dejando la luna a su espalda. Pero la noche procesional dejó también otros momentos no menos esperados, como la solemne aparición de la monumental Última y Sagrada Cena. Grupo escultórico de difícil procesionar por peso y por envergadura, cuyo paso supone uno de los mayores retos para lo portadores. Igualmente ocurre con el espectacular paso de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto de los Olivos, portado a hombros por la cantera de residentes extranjeros y acompañado por la Unión Musical, que convierten su esfuerzo y su seriedad en un alarde de destreza. Cada «levantá» y cada giro de estos tronos es todo un espectáculo seguido por miles de corazones que empujan a la vez a cada martilleteo del capataz de «los chanes». También fue la noche de la cofradía tricéfala del Cristo de la Flagelación, la Santísima Virgen de la Estrella, Reina de los Ángeles y San Judas Tadeo, y la de San Pedro Arrepentido, matera hasta la médula, que ancla sus orígenes en esta población pedánea de viejos pescadores y colonos de viñas. Pero fue ante todo una noche de emociones alrededor de las imágenes de Pasión.

Caramelos

De mayores que participan como cofrades o asisten desde las aceras, y de pequeños como Laura, una niña de ocho años que procesionaba por primera vez con el Nazareno, ilusionada y feliz de repartir caramelos, santo y seña de los desfiles de Semana Santa en Torrevieja. Mucho público a lo largo de todo el recorrido, local y forasteros que han abierto estos días sus viviendas vacacionales para pasar en la playa.