Los artesanos de la palma de Orihuela que cuentan con años de experiencia a sus espaldas están en pie de guerra. Se sienten discriminados ante lo que creen una «injusticia» y es que el Ayuntamiento de Orihuela haya sido condescendiente con los palmeros que vienen de Elche a vender sus palmas a la ciudad y les haya dejado un hueco en el mercado semanal para vender, «cuando a nosotros no podemos vender en Elche. Allí solo nos ponen problemas y, pese a que no te dicen que no directamente, no nos dejan vender nuestras palmas porque quieren fomentar la venta de los artesanos de la palma afincados en la ciudad». Así lo daba a conocer ayer uno de los palmeros de Orihuela, hijo, nieto y bisnieto de artesanos de la palma, Manuel García, de la familia conocida como «Los Rambla».
En Orihuela solo son cuatro las familias que mantienen esta tradición y consideran que desde el Consistorio también se debería promocionar a los artesanos locales en vez de dar cabida a los de otros municipios «cuando por ejemplo a nosotros no nos reciben con los brazos abiertos en Elche». Tras un año de intenso de trabajo preparando la palmera y confeccionando las palmas, los palmereros abren establecimientos y pasan por diferentes mercados -entre ellos el de Orihuela- para vender para la festividad de Domingo de Ramos.
Su participación en los mercados no es gratuita ya que pagan una tasa y «tenemos que tener todos los papeles en regla», pero aún así critican que el edil de Mercados Manuel Gallud (LV) los marginó ayer porque «cuando llegamos al mercado nos colocó fuera del recinto ferial de Los Huertos, en la calle de enfrente». Los artesanos no entendían ayer por qué los habían alejado tanto de los puestos que componen el zoco «porque no tiene sentido que los clientes del mercado tengan que cruzar la calle para llegar a nosotros» y reclamaron hasta que consiguieron que los introdujeran dentro del recinto en una calle prácticamente vacía ya que no habían acudido esos puestos.
Sin embargo, esta situación no acabó con este cambio ya que algunos palmeros colocaron sus paradas en otras calles por lo que tuvieron que actuar agentes de la Policía Local y los controladores del mercado para tratar de resolver el malestar entre los artesanos y que todos fueran en la misma calle «porque no es justo que unos estén más visibles que otros».
La permisividad por parte del Ayuntamiento a que artesanos de la palma venidos de Elche vendieran en la ciudad así como su colocación lejos de los puestos creó un serio malestar entre los palmereros que criticaron que «esta no es forma de tratar una de las tradiciones más antiguas de Orihuela que además de que se pierde porque poca es la gente que se dedica a esto, la crisis también nos pasa factura a nosotros porque cada vez es menos la gente que se gasta dinero en las palmas».
