El arte sacro de la Vega Baja llega hasta el sudeste asiático de la mano del escultor cojense Ramón Cuenca. Un diseñador de moda residente en Emiratos Árabes ha encargado tallar la imagen de un Jesús Cautivo en madera de cedro para regalarlo a una parroquia de Filipinas, su país natal. La pieza, que fue encargada a través de conversaciones en «Facebook», viaja en estos momentos hasta su ciudad de destino y su resultado final ha gustado tanto que ya se ultima otro contrato para modelar una Virgen que se expondrá al culto en Manila.
El cliente que ha encargado esta talla religiosa se llama Edwin F. Ocampo, un residente en Qatar con raíces filipinas que se enamoró de la estética de las piezas del escultor cojense tras conocer su trabajo a través de internet. Un buen día se decidió a escribirle un mensaje privado a través de la red social más utilizada y, semanas después, se firmó el contrato y Cuenca comenzó a tallar.
Han sido más de cinco meses de trabajo los que el imaginero de arte sacro ha dedicado a crear este Cristo maniatado que él mismo define como «imagen de vestir muy serena y de mirada limpia». Durante este tiempo, el cliente ha ido recibiendo multitud de fotografías para ir siguiendo el desarrollo de la imagen y la transformación de un vasto tronco de madera en una obra de arte única en el mundo. El destino final de esta pieza será el municipio de Capas, en la provincia filipina de Tarlac. La ropa con la que se vestirá a la imagen ya ha sido bordada en Filipinas y se le colocará en cuento llegue el paquete enviado por vía aérea, para proceder después a su bendición.
Globalización
Cuenca explica que la crisis también está afectando a este sector y que el volumen de trabajo en la provincia ha descendido en comparación con años anteriores para hacer sobre todo restauraciones. No obstante, a su taller siguen llegando encargos desde distintos puntos de España así como de otros países del mundo. De hecho, hace pocas semanas acabó de tallar la imagen de otra Virgen que se ha enviado a la ciudad italiana de Sicilia.
«Las posibilidades que ofrece internet y la globalización están siendo una herramienta fundamental para poder dar a conocer mi trabajo en el resto del mundo y recibir nuevos encargos», mantiene el escultor.
Una experiencia de más de 20 años avala el currículum de este imaginero que comenzó con un humilde taller en Cox y que hoy se ha convertido en un referente del arte sacro que ha tallado numerosas obras para cofradías y hermandades de todo el territorio nacional. De hecho, su obra se halla en proceso de estudio por el licenciado en Filosofía y Teología Miguel Ángel Miralles Cano, que desarrolla una tesis doctoral con el título «El valor educativo y pedagógico para la Fe, en la imaginería de Ramón Cuenca Santo», dirigida por Pedro Riquelme Oliva desde la Universidad de Murcia.
