Emilia García Serna se topó un día con el poema Balada de la Juventud del poeta oriolano más universal, Miguel Hernández. En estos versos, la escritora encontró la decepción del escritor al descubrir que su hada no existe y no dudó en regalarle por su cumpleaños, en el centenario de su nacimiento, una obra para devolverle la ilusión y que volviera a creer en las hadas.

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­Licenciada en Lingüística por la Universidad Carleton de Ottawa (Canadá), Emilia Serna ha dedicado toda una vida a la enseñanza y a la creación de cuentos y poemas. Su nueva obra que sirve de homenaje al poeta, se presentará mañana a las 19.00 horas en la biblioteca María Moliner. La publicación que contiene un prólogo del director de la Fundación Miguel Hernández, Aitor Larrabide, la trabajarán con la autora los alumnos de los centros Villar Palasí y Andrés Manjón.

¿Qué se puede encontrar en su obra «El regalo del hada blanca»?

Cuentos, canciones, juegos y poemas. Todos están inspirados en obras de Miguel Hernández porque es un regalo de cumpleaños.

¿Destacaría alguno en concreto?

Sí. Relacionado con «Las abarcas desiertas» donde el poeta muestra tristeza por el 5 de enero, hay una serie de poemas con juegos y juguetes.

Es un regalo, ¿pero cómo lo recibe el poeta?

El mismo dijo que «A la tierra yo te escribo, si quieres escríbeme» por lo que yo he llevado el libro al cementerio de Alicante donde descansan sus restos mortales.

El libro recuerda a un familiar que sufrió las consecuencias de la guerra como Miguel.

Sí. La publicación incluye una elegía del amigo de mi tío, Ramón Serna Gilabert, Adolfo Biedma, que le escribió cuando ambos estaban en prisión en el seminario de Orihuela. Mi tío murió y fue enterrado en el cementerio pero desaparecieron sus restos mortales y este es el único recuerdo que nos queda.