Más motivos que nunca para ser solidarios con los que menos tienen. Decenas de vecinos de Jacarilla celebraron ayer un almuerzo al aire libre para festejar el premio de Lotería que ha repartido más de siete millones de euros en un pueblo de apenas 2.000 habitantes. La iniciativa estuvo organizada por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la agrupación que vendió los décimos que el 22 de febrero llevaron la suerte a más de 80 familias de esta localidad de la Vega Baja. El evento fue aprovechado para realizar una colecta de alimentos y productos que se entregarán a Cáritas, una organización que además recibirá una donación para respaldar su labor social.

La jornada arrancó a las 13 horas con la celebración de una misa de campaña en el parque municipal «Cabecico de la Cruz» que estuvo presidida por la talla de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Mientras los vecinos seguían la eucaristía y, una vez más, daban gracias por haber comprado los décimos con la numeración «85.209», en el otro extremo del paraje varias vecinas ultimaban los pucheros de cocido con pelotas y los dulces que más tarde se servirían en las mesas instaladas para disfrutar de esta comida.

Al evento también asistieron muchos residentes en Jacarilla que no fueron agraciados con uno de los premios. Y es que a la comida popular organizada por esta Cofradía estaban invitados todos los vecinos del pueblo que, a cambio, solo tenían que entregar alimentos no perecederos. La respuesta fue todo un éxito y se lograron recoger decenas de kilos de arroz, legumbres, conservas de pescado y aceite que se repartirán entre las familias que peor lo están pasando con la crisis, según explicó la presidenta de la Cofradía, Fini Ortuño, quien desde la panadería que regenta repartió los décimos que resultaron premiados. Cabe destacar que entre los agraciados hubo dos familias que se hicieron con el premio especial dotado con 3 millones de euros, mientras que el resto de los boletos estaban ligados a un premio de 60.000 euros.

Acabada la ceremonia religiosa y con música de ambiente, los jacarillenses disfrutaron de un almuerzo basado en platos y dulces típicos de esta tierra mientras se congratulaban sobre cómo este acontecimiento ha cambiado la vida a muchas familias.