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Orihuela

Fulminada en cuatro minutos

Una devastadora máquina retrogiratoria con desbrozadora hidráulica tritura una palmera a una velocidad de vértigo

Cuatro imágenes de cómo trabajaba ayer la máquina retrogiratoria en el cauce del Segura, aguas abajo de Orihuela. LOINO

Va a ser cuestión de días si se tiene en cuenta cómo trabaja la máquina. En Orihuela van a ser retiradas -mejor dicho convertidas en polvo- 299 palmeras con picudo rojo tras un acuerdo entre la Confederación Hidrográfica del Segura y el Ayuntamiento para poner coto a la terrible plaga que, a través del cauce del río, se ha propagado con terrible velocidad por toda la comarca. Ver trabajar a la máquina es un completo espectáculo porque convierte en pulpa un espléndido ejemplar en cuestión de segundos. Todo lo que hay en su interior, decenas, centenares de gusanos, desaparecen con ella. No queda ni rastro.

Alguien podría pensar que sería ecológicamente más rentable intentar salvar a las palmeras, pero el problema, entienden los técnicos y las dos administraciones implicadas, sólo se trasladaría a otra época o momento del año. Las fumigaciones tienen que ser constantes y un error, solo un error, permitiría volver a ver escarabajos voladores saliendo de su interior mientras las hojas pierden su brillo y, lentamente, comienzan a desplomarse.

La mayor parte de las palmeras afectadas son de la especie Phoenix canariensis, mientras que las aproximadamente 900 que permanecen sanas en el cauce del Segura y que se mantendrán son en su mayoría de la especie Phoenix dactylifera, más resistentes a la plaga. Para la eliminación de los ejemplares infectados o muertos se utiliza la misma técnica que se emplea para la protección del palmeral de Elche, destaca la CHS. Se trata de un método mecánico basado en el triturado «in situ» por medio de una máquina retrogiratoria dotada de una desbrozadora hidráulica que reduce a pulpa tanto la palmera como los insectos y larvas de su interior.

Los restos vegetales resultantes, ya sin peligro alguno de provocar infección, pueden descomponerse y reincorporarse rápidamente al suelo como materia orgánica. Este método se esta empleando profusamente en el campo de Elche para eliminar los cultivos de palmáceas abandonados, que constituyen el principal foco de propagación de la plaga del picudo rojo. Los ejemplares serán sustituidos por especies de bosque de ribera autóctonas como el almez, el olmo y el chopo para mantener el cinturón verde en el entorno del río. La replantación, así como su mantenimiento y riego durante los dos primeros años correrá a cargo del consistorio oriolano, según el acuerdo alcanzado con el organismo de cuenca.

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