Iniciativa. Recoger la basura de los fondos marinos para cuidar los caladeros. Una nueva faena que llevan a la práctica pescadores de arrastre de Torrevieja y Santa Pola y que puede llegar a retirar toneladas de residuos al año.

La experiencia, que realizan voluntariamente los dos arrastreros locales, el Pedro y Loli y el Verónica Ruso, viene con el aval de la campaña de concienciación llevada a cabo en la costa gallega por el Centro Tecnológico del Mar de Galicia. En la iniciativa de Torrevieja y Santa Pola, que se desarrollará durante todo este año, colabora la Universidad de Alicante y el Instituto Español de Oceanografía a través del torrevejense Santiago García Rivera, licenciado en Ciencias del Mar, quien es el que ha comenzado a realizar los muestreos de residuos.

También el puerto de Santa Pola, donde la presencia de embarcaciones dedicadas a la pesca con artes de arrastre es más numerosa, participa en esta experiencia que sólo necesita del interés de los trabajadores del mar en dejar la basura que capturan a diario con sus redes en las bolsas que les sirven, y depositarlas en los contenedores al llegar a puerto en vez de devolverlas al mar como es habitual. Una pequeña faena adicional a las de calar y chorrar el arte que solo implica beneficios. Desde los más generales de limpieza del medio hasta los que atañen a los pescadores como es el mantenimiento y cuidado de los caladeros que frecuentan.

Miles de kilos

Hasta ahora las dos bolsas que se recogen al día abocan en el contenedor del muelle 30 kilos de residuos entre plásticos, todo tipo de recipientes de cristal -con los quintos de cerveza como protagonistas-, latas, y objetos diversos, desde unas gafas de bucear hasta los enredos de sedales y anzuelos de los aficionados a la pesca, pasando por toda la gama de productos de higiene femenina, condones o cartuchos de tiro que llegan a los fondos marinos como depósitos de arrastre de ramblas. Pero buena parte de las basuras proceden de lo que arrojan las embarcaciones recreativas, además de los buques mercantes.

Treinta kilos que al mes se convierten en 300 para estos dos barcos, pero que si hablamos de una experiencia piloto en la que pueden participan alrededor de 20 embarcaciones como está previsto entre Torrevieja y Santa Pola, estaríamos hablando como media de 600 kilos de residuos sólidos al mes y varias toneladas al año.

En una segunda fase del proyecto se contaría con georreferencias concretas «de vertederos submarinos» en los que llevar a cabo limpiezas en profundidas. La de arrastre es una actividad pesquera especialmente indicada para estos cometidos de limpieza ya que el arte es literalmente arrastrado por el fondo tragándose todo lo que encuentra.

También toda clase de residuos urbanos que quedan sobre cubierta cuando es subida la red y se abre el copo para desenmallar las capturas. Llevarlos a los contenedores de tierra elimina objetos cortantes, peligrosos para las mallas de los artes y la retirada de piezas de plástico «enteras» elimina la posibilidad de rotura en partículas más pequeñas, microplásticos, que inevitablemente forman parte de la «dieta» de algunas especies.