El nombre de Ángel Fenoll no salió a relucir en ningún momento aunque ayer en el hotel Tudemir y en un discreto segundo plano estaban sentados algunos de sus cinco hermanos que le han arrebatado la dirección y nombrado un consejo de administración sin él. El conflicto con el caso Brugal, en el que está imputado por las basuras de Orihuela y la adjudicación del Plan Zonal, las investigaciones por delitos medioambientales -el LIC de Abanilla o los enterramientos en La Murada- terminaron por quebrar a la familia, a la empresa y comenzaron a cruzarse comunicados. Y cuando Murcia clausuró Proambiente todo estalló. Los hermanos le acusaron de haber hecho irregularidades a sus espaldas y éste les contestó que ellos siempre han estado ahí y con cargos. La realidad es que una de las empresas más boyantes de la comarca porque el negocio de las basuras también lo es, se encontraba casi en la ruina. «Esta empresa no tenía liquidez. La decisión era cerrar o seguir», resumió ayer el asesor jurídico Mauricio Fernández. M.A.