El cierre del Centro Municipal de Atención Temprana de Callosa de Segura ha provocado que hasta 80 niños pierdan la continuidad en sus tratamientos, dado que en el día de ayer deberían de haber comenzado a recibir sesiones tras las vacaciones y los padres desconocen cuándo van a iniciarlas.
Con el argumento de optimizar los recursos y evitar tener que actualizar las instalaciones del centro municipal, el alcalde Javier Pérez llegó a un acuerdo con la Conselleria de Bienestar Social para cerrar el servicio y derivar a los niños al Centro de Discapacitados de Callosa de Segura que gestiona de forma privada la Asociación Domus perteneciente al grupo El Castillo. Esta medida suponía que este nuevo centro adquiría 40 de las 56 plazas públicas con las que cuenta el municipio para atender a los niños de Callosa de Segura, mientras que las 16 restantes se habilitarían en el Centro de Atención Temprana de Almoradí -aún cerrado tres años desde que fue inaugurado por la Generalitat Valenciana- para atender a menores almoradidenses y de otros municipios de la comarca que también recibían atención en Callosa. Desde la Conselleria y tal y como afirmó el propio regidor, aseguraron que ningún niño se iba a quedar sin tratamiento porque habían plazas suficientes -según declaraciones de Javier Pérez cada plaza sirve para atender a dos niños- pero los padres de Almoradí no lo tienen tan claro.
En la jornada de ayer, los niños de Callosa deberían de haber recibido las primeras sesiones en el centro de discapacitados pero no fue así porque los profesionales de este centro no habían recibido los expedientes de los menores y, por tanto, tuvieron que mantener una reunión ayer con las familias para tratar de organizarse y comenzar las sesiones cuanto antes. Sin embargo no ocurre lo mismo con los niños almoradidenses y de otros municipios de la comarca. Estos pequeños deberían ser tratados en el centro de Almoradí «pero no tenemos noticias de cuándo se va a abrir. A nosotros nadie nos ha enviado una carta para comunicarnos nada», criticaron ayer los padres.
Con la promesa de la edil de Bienestar Social del Ayuntamiento de Almoradí, Trinidad Rodríguez, de que se iba a poner en contacto con el grupo El Castillo para que fueran atendidos en este centro mientras el de Almoradí estaba cerrado, los progenitores se presentaron ayer por la mañana en las instalaciones callosinas acompañados por el portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida, José Mateo, pero allí fueron informados por el coordinador, José Luis Sánchez, de que «él no había recibido ninguna comunicación por parte de la concejala», explicaron a esta redacción.
Indignados
Los padres además de indignados se sintieron desamparados ante esta situación porque no saben si sus hijos van a poder seguir recibiendo el tratamiento. En este sentido, el coordinador les aconsejó que se desplazaran a la Dirección Territorial de Bienestar Social de Alicante para exponerle a la Jefa de Discapacitados, Elena Roselló, los problemas de falta de atención y de información que están padeciendo a raíz del cierre del centro de Callosa, algo que, tal y como anunciaron, «vamos a hacer porque así no podemos seguir».
