Los miles de pasajeros de la línea de cercanías del tren Alicante-Murcia ven cada año como aumenta el precio de su billete pero nunca lo ven recompensado en la calidad de los servicios que ofrece Renfe. Las críticas de los pasajeros no cesan, ya que año tras años ven cómo el Gobierno no hace nada para mejorar las infraestructuras ferroviarias de la zona. De esta forma, critican que la línea que une las provincias de Alicante y Murcia cuenta con trenes altamente desfasados respecto a otros cercanías de España.

«Los vehículos ferroviarios son viejos y tienen asientos incómodos», indican. Asimismo y a pesar de que la mayoría de trenes a nivel nacional tiene puertas mecanizadas, los que transcurren en el tramo Alicante-Murcia, tienen puertas manuales, es el usuario quien debe abrirlas. «Cuando se trata de una persona joven puede hacerlo sin problemas, pero la apertura de estas puertas no es accesible a personas mayores o discapacitados físicos».

Escasa seguridad

La seguridad es otro de los reclamos de los pasajeros. Muchas de las estaciones no presentan accesos adecuados al tren para todo tipo de personas. En este sentido, los viajeros señalan que la entrada a un cercanías que para escasos minutos en las estaciones es muy complicada para personas que van con maletas, que llevan a sus bebés en carricoches o van en silla de ruedas. Los escalones del tren no alcanzan el andén de la estación por lo que hay un gran espacio entre el vehículo ferroviario y el apeadero «lo que ha provocado no solo la pérdida de enseres por parte de los viajeros sino que estos cayeran entre el andén y el tren».

Por último, los usuarios del cercanías se quejan de los horarios. «La frecuencia no es la adecuada para trabajadores y estudiantes y más del 85% de los trenes va con retraso lo que provoca que los pasajeros lleguen tarde a sus clases o a sus trabajos cuando han pagado un servicio que para nada es barato».