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Declaran culpable al acusado de asesinar a su expareja en un bar de Pilar de la Horadada

Siete de los nueve miembros del jurado, la mayoría mínima necesaria, creen que simuló un robo El fiscal solicita 20 años de prisión

El acusado, declarado culpable, en una sesión del juicio. antonio amorós

Por el número mínimo de votos, siete de nueve, el jurado popular declaró ayer culpable de asesinato con alevosía y agravante de parentesco a K. H. H., un hombre de 61 años de edad y nacionalidad alemana que, según se ha considerado probado, mató a golpes a su expareja y socia en el pub que ambos tenían en común en Pilar de la Horadad en junio de 2010. El jurado considera que él fue el causante de los repetidos impactos con un objeto contundente en la parte trasera de la cabeza, entre la medianoche y las dos de la madrugada, cuando la víctima estaba limpiando la cocina del bar.

El portavoz del jurado leyó ayer pasadas las 19 horas el veredicto, después de una deliberación que se alargó todo el día. En él se especifica que la declaración del acusado no resultó creíble por haber incurrido en imprecisiones y vaguedades, del mismo modo que una empleada y vecina y su pareja (cuyos relatos le favorecían) dieron una versión de los hechos ocurridos el día del asesinato que se considera poco creíble por imprecisa.

Sin embargo, el jurado sí ha creído a algunos testigos que aseguran que el hombre no se fue con ellos a un segundo local después de celebrar un cumpleaños en el bar donde se cometió el crimen (La Corona, en la urbanización Pinar de Campoverde) sino que se les unió más tarde. Asimismo, policías locales ratificaron en el juicio que le vieron por la calle y cerca del bar sobre las dos de la madrugada, mientras que él aseguró que llegó a su casa a la una y no volvió a salir. El jurado ha dado importancia a la declaración de un testigo (la farmacéutica de la zona) que al darle dos besos para darle el pésame le vio una mancha de sangre en la oreja izquierda, una gota que recogió después la Guardia Civil y que según las pruebas de ADN tenía material genético tanto del acusado como de la víctima, Irmgard Elisabeth Fieres.

Muestras de sangre

Paralelamente, también señala el jurado que no se cuestionan ni la recogida de muestra de sangre por parte de la Guardia Civil, ni el análisis de las mismas, ni la cadena de custodia. A este respecto la defensa había planteado dudas, dado que la muestra se recogió en el lugar del crimen (en el propio bar) dos días después y se sugirió que el acusado podía haberse manchado una vez hallado el cadáver.

Ante la hipótesis del robo que también introdujo la defensa, el jurado ha dado credibilidad al testimonio del guardia civil que dirigió la investigación y que descarta la posibilidad de un atraco, considerando que se trata de una simple imitación. Es más, una huella del acusado en el cajetín de la caja registradora es una prueba para la mayoría de miembros del jurado de que fue él quien simuló el robo.

Por unanimidad se decidió la no suspensión en la ejecución de la pena y no considerar procedente el indulto total o parcial. El magistrado decidirá ahora sobre la condena. El fiscal ratificó su solicitud de 20 años de prisión y una indemnización a los herederos de 120.000 euros (aunque la mujer no tenía parientes cercanos), una petición a la que se adhirieron las letradas del Estado y la Generalitat, personadas en la causa al considerar que es un asunto de violencia de género. La defensa, por su parte, solicita la pena mínima.

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