Primera planta, seis alturas y ático. Fecha de entrega, julio de 2008. Desde 108.000 euros, viviendas de un dormitorio con plaza de garaje, con una memoria de calidades que incluía puerta blindada, carpintería de roble, acristalamiento doble y preinstalación de aire acondicionado. Era el edificio Némesis (nombre de la diosa que castiga la desmesura). «Era», porque ahora es un edificio de nueva planta en ruinas, situado en el centro del barrio de Nueva Torrevieja entre viviendas con jardín y piscina y calles y aceras reurbanizadas recientemente con dinero de la Generalitat.

No llegó a entregarse. La torre grúa instalada junto a este edificio de la calle Hermanos Parodi, esquina con Santa Petra, es el silencioso testigo de que el primer envión del estallido de la burbuja inmobiliaria llegó a estos lares antes que a ninguna parte y no dio tiempo ni de concluirlo. Hercusa, promotora responsable del proyecto, presentó concurso de acreedores con un pasivo de más de 40 millones de euros en noviembre de 2008.

El recinto quedó vallado y sin uso desde aquella fecha. Pero ya ha desaparecido todo lo que podía desaparecer con valor en el mercado del menudeo de segunda mano, incluidos los carteles de la promoción y vallas de protección.

El de la calle Hermanos Parodi es el único caso pero sí el más evidente. La crisis, de la que el sector de la contrucción comienza a recuperarse de forma discreta, dejó un rastro de construcciones inconclusas a lo largo y ancho de la geografía torrevejense. En enclaves especialmente privilegiados, como es el caso de la estructura de hormigón frente al mar en la Avenida de La Purísima -con grúa torre incluida en este caso también-, que sirve ahora para dar cobijo a un grupo importante de «sin techo», el edificio de cinco plantas de la esquina de la calle Orihuela con San Luis o «los esqueletos» de hormigón para chalés unifamiliares en la Avenida de París.

Grúa torre

De regreso al «Némesis» sólo continúa en el mismo lugar la grúa torre, esperando órdenes, sin que nadie se haya preocupado de retirarla o comprobar el estado en el que se encuentra, pese a que este tipo de estructuras metálicas exige revisiones periódicas. Pero ni el Ayuntamiento ni la empresa -o sus administradores concursales- han intervenido para garantizar la seguridad del recinto ocupado parcialmente en varias plantas por algunas personas que encuentran en él un lugar donde dormir.

Las seis alturas y el ático de este inmueble que se levantó en plena vorágine constructora reutilizando el solar dejado por un chalet unifamiliar -algo que configura ahora el más que singular urbanismo de Nueva Torrevieja-, han sido desvalijadas por completo. Algunas estancias se han convertido en puro escombro. Todo lo susceptible de tener valor ha desaparecido y quintales de basura proliferan por los rincones, e incluso colmatan la rampa de entrada al garaje, a la vista de cualquier vecino de la calle.

Denuncias

Como es habitual en estos casos los residentes de la zona aseguran estar hartos de advertir al Ayuntamiento sobre el lamentable estado del edificio. El edil de Urbanismo Francisco Moreno explicó ayer que no recordaba que se hayan hecho llegar esas quejas oficialmente - por sus manos pasan docenas de expedientes similares-. La administración local puede actuar de forma subsidiaria costeando los gastos de limpieza y vallado y luego pasarlos al propietario. La dificultad está en este caso en hallar al responsable teniendo en cuenta que la empresa quebró. Lo mismo ocurre con la grúa torre. Moreno se comprometió ayer a comprobar si se ha iniciado algún expediente y en caso contrario a revisar la situación del solar. La nueva ordenanza municipal de Fomento de la Calidad del Medio Urbano impone multas de hasta 3.000 euros. En el edificio Némesis se podrían concentrar casi el medio centenar de situaciones sancionables que describe la norma para construcciones paralizadas.