Los miles de adoquines retirados de la calle Purísima de Bigastro el pasado verano permanecen a la intemperie en una finca municipal del área recreativa de La Pedrera, según denunció ayer el grupo municipal socialista. El Ayuntamiento acordó entonces sustituir buena parte del empedrado de dicho vial por asfalto debido a que el mal estado de la calzada estaba provocando numerosos accidentes y reclamaciones Las piezas de piedra se acumularon en una parcela de este paraje y, hoy por hoy, siguen arrumbadas al aire libre.

El portavoz de los socialistas bigastrenses, Raúl Valerio Medina, explicó ayer que supieron de la existencia de esta especie de «vertedero» debido a las quejas que les transmitieron algunos de los vecinos que acostumbran a pasear por la zona. En concreto, el suelo en el que se encuentran amontonados los adoquines es de propiedad municipal y, según el PSOE, «forma parte del suelo forestal protegido»; aunque la regidora, Charo Bañuls (PP), asegura que no es así.

Cabe recordar que la reforma inicial de la calle Purísima y adyacentes para instalar el adoquinado se remonta a la etapa de gobierno socialista y que la instalación del empedrado se realizó en dos fases. La primera, sufragada con fondos estatales FEIL en el año 2008 costó 180.000 euros. Al año siguiente se continuó con la obra a través de una subvención del Plan de Obras y Servicios de la Diputación, con un presupuesto de 270.000 euros más otros 65.000 que abonó el consistorio. En total, se invirtió más de medio millón de euros para remodelar el que está considerado uno de los principales viales comerciales del municipio, por donde suelen pasar los desfiles festivos o las procesiones.

Accidentes

Pero el gobierno de la popular Bañuls decidió retirar parte de los adoquines debido a los numerosos accidentes que se registraban por el mal estado del empedrado y fue la Diputación quien se encargó de sufragar el primer tramo de estas obras con un montante de cerca de 34.000 euros, el 90% del coste.

Bañuls dijo entonces que gran parte de este problema se había debido a que el que fuera alcalde en el momento en el que se ejecutó la reforma del vial, Raúl Valerio Medina, recepcionó el segundo tramo del proyecto, «sin comprobar que estaba en buen estado y cuando en realidad tenía múltiples deficiencias». De igual modo, mantuvo entonces que el empedrado que se colocó fueron «adoquines que sirven más para que cabalguen caballos que para que caminen personas».

Debido a las múltiples reclamaciones por accidentes y caídas que se amontonaban en el consistorio, la regidora pidió por activa y por pasiva a la Diputación que subvencionara parte de las obras para retirar los adoquines puesto que la paupérrima situación financiera del Consistorio impedía invertir en la reforma. Y finalmente así se hizo.

La alcaldesa bigastrense explicó ayer que se decidió dejar el material en esta zona porque se contemplaba la posibilidad de construir una especie de mirador o replaceta en esa parcela para el disfrute de los vecinos y visitantes, pero añadió que la adversidad económica impide ahora acometer este proyecto, por lo que es posible que se cambien de lugar. No obstante dijo que están controlados debido a que no pueden acceder vehículos hasta este emplazamiento.