­La Comisaría de Orihuela está investigando el asalto a una vivienda ocurrido el domingo pasado, en el que se efectuaron disparos intimidatorios y en el que los únicos detenidos por ahora son las propias víctimas, un matrimonio de 47 y 38 años de edad, vecinos de la pedanía del Raiguero de Poniente, que fueron agredidos para que supuestamente confesaran dónde se encontraba un alijo de drogas, según los datos recabados por el diario. El Cuerpo Nacional de Policía no ha querido realizar manifestaciones al respecto de las pesquisas que se están efectuado, aunque INFORMACIÓN supo ayer del registro de la vivienda de las víctimas por parte de una comisión judicial en el cual se habían incautado varias plantas de marihuana y diversos útiles que demostrarían que tenían montado un negocio de tráfico de estupefacientes.

La intervención policial se desencadenó el domingo, sobre las 22 horas, después de recibirse una llamada en la Comisaría de Orihuela advirtiendo de una serie de ruidos y gritos que se estaban escuchando cerca de una vivienda de la calle Goya a lo que siguió unos disparos. Varias patrullas del Cuerpo Nacional de Policía, con el apoyo de la Policía Local, se dirigieron al lugar, localizando la vivienda y comprobando que la puerta estaba abierta pero allí no había nadie y descubrieron un secadero de marihuana en el patio interior.

Los agentes dieron entonces una batida por los alrededores pistola en ristre y localizaron en un huerto próximo a la finca, agazapados, a una pareja. Los dos presentaban golpes en la cara y en el cuerpo que precisaban asistencia médica. En su testimonio, pues estaban asustados, admitieron haber sido objeto de un intento de robo por parte de un grupo de encapuchados, al parecer, siete hombres. El botín, al parecer, iba a ser un alijo de droga. La cuestión que aún desconoce la Policía es si se hicieron con él o no y eso no será fácil de averiguar porque no ofrecieron más datos.

Lo que sí se ha logrado averiguar es que el alijo estaba en los huertos porque hasta allí los llevaron con ese objetivo y al no lograrlo ni colaborar con ellos, los golpearon. Los agentes procedieron a detenerlos por un delito contra la salud pública (tráfico de drogas), siendo trasladados en un primer momento al hospital para ser atendidos y después a los calabozos de la Comisaría donde permanecían ayer. Mientras, una patrulla de la Policía ha permanecido toda la noche custodiando la vivienda. Ayer se procedió con la correspondiente autorización judicial a decomisar todas las plantas y otros objetos dedicados a esta actividad, que incluía hasta tarros para la conservación y una escopeta de perdigones. De hecho, la Policía cree que los disparos que escucharon los vecinos fueron realizados con un arma de gas para intimidar a las víctimas y lograr su propósito.

Este no es el único hecho de estas características que se ha producido en la zona. Hace aproximadamente un año una persona ingresó en el Hospital de Orihuela con un impacto de bala. Las pesquisas permitieron conocer que había sido atacado, al parecer, en otro asunto de drogas.