­Mario Sebastián, de 35 años, es uno de los surferos más alegres de la comarca. Natural de Almoradí, es un habitual de Torrevieja cuando las olas desaconsejan el baño para el común de los mortales pero incitan a cabalgar el agua a los adictos al surf. Sin embargo, el sábado se le borró la sonrisa de golpe. Hacia las 16, entre Cabo Cervera y La Mata, una corriente atrapó a un bañista. Con su tabla, remó hasta el lugar y puso a la víctima sobre ella. Era un extranjero, un adulto de mediana edad y «de constitución más fuerte que la mía», confiesa Mario, que pese a la ansiedad del instante -el bañista se agarró al propio Mario a la desesperada- pudo tranquilizarle, subirle a la tabla tumbado y sacarle a flote hasta la orilla. «Tragó mucha agua y estaba pálido y frío»-relató el almoradidense- «y vomitó en la orilla, pero sobrevivió». Una vez allí, los presentes detectaron otra persona flotando sobre las aguas. Mario y varios bañistas nadaron hasta allí para rescatarlo, pero esta vez la víctima no tenía pulso. Encima de la tabla, rumbo a la arena, intentaron ganar tiempo, reanimándole y haciéndole el boca a boca, pese al oleaje, pero el milagro fue imposible, ante lo cual Mario confiesa que «no puedo borrar de mi cabeza la expresión de su cara».

El hombre falleció mientras su pareja era presa de un ataque de ansiedad. Al no haber ya servicio de vigilancia de playas, al lugar acudió Policía Local, Guardia Civil y el Samu. El suceso reabre un debate latente. ¿Falta vigilancia, o falta responsabilidad y conocimiento del litoral en los propios bañistas? Por una parte, los recortes han mermado los días de presencia de Cruz Roja en las playas salineras respecto a temporadas anteriores, cuando hasta mitad de octubre aún se prestaba este servicio, que este año terminó el 15 de septiembre. Por otra, la abertura de las playas de La Mata les convierte en un caramelo envenenado. Por eso, Mario relata que «aunque el sábado el oleaje no era muy acusado, sí había mucha corriente».

Ha sido el segundo salvamento a cargo de surfistas en dos días, ya que el viernes en La Zenia, dos de estos deportistas salvaron a otras dos personas. Debido a ello, Mario añade que «por eso es absurdo que este verano en Cala Cerrada de Orihuela Costa se hayan puesto pegas a este deporte. No sólo no molestamos, sino que se atrae a un turismo deportivo, y estamos ahí para colaborar».