Nadie se acuerda de las trabajadoras del sexo remunerado que ejercen en las calles de la Vega Baja. Las administraciones públicas dejaron de financiar hace varios años programas de ayuda dirigidos a las meretrices y en la actualidad el colectivo solo recibe atenciones puntuales de algunas organizaciones humanitarias. Aunque cada vez son más las mujeres que ofrecen servicios sexuales en la vía pública donde se ha registrado un aumento de prostitutas de origen nacional, ningún organismo desarrolla ya proyectos que les ofrezcan oportunidades para su reinserción social y laboral.

Durante el verano son decenas las mujeres que llegan desde el norte africano y los países del este europeo para ofrecer sus servicios a la ingente cantidad de turistas que pasan sus vacaciones en la zona costera de esta comarca buscando sol, playa y, en algunos casos, servicios sexuales. En municipios como Torrevieja, la prostitución callejera se ha vuelto a multiplicar en el periodo estival hasta el punto de que el colectivo de empresarios del Turismo Residencial de la Costa Blanca ha llegado a solicitar al Ayuntamiento que se pongan en práctica las medidas oportunas para «erradicar la prostitución de las calles» debido a la «deplorable imagen» que ofrece una estampa que cada vez es más habitual.

En esta ciudad, hasta octubre de 2010, la Asociación de Mujeres de la Noche Buscando el Día (Amunod), en colaboración con la Asociación Esperanza y Vida de Torrevieja y la Concejalía de Bienestar Social, desarrollaba un programa denominado «Acerca-T». Subvencionado en gran parte por Caja Mediterráneo, consistía en prestar asesoramiento y atención social y laboral al colectivo de prostitutas que ejerce en la ciudad. Por su parte, la Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana también desarrolló entre 2005 y 2009 el Programa de Reducción de Riesgos «Prevenbús», cuyo principal cometido fue la prevención de la transmisión del VIH y otras enfermedades infectocontagiosas mediante la distribución de preservativos y otros materiales preventivos. Así, una unidad móvil recorría los principales puntos frecuentados por las prostitutas, realizando chequeos sanitarios en los puntos calientes en los que se lleva a cabo la actividad, sobre todo en la avenida de las Cortes Valencianas, de la CV-90 o de la Ronda Ricardo Lafuente y sus aledaños.

Prioridad

Pero la crisis económica se ha llevado de un plumazo todos estos programas sociales. Las administraciones públicas dan ahora prioridad a otros gastos y nadie se preocupa de las profesionales del sexo ni se desarrollan programas dirigidos exclusivamente a ellas.

Fuentes de Cruz Roja de Guardamar del Segura, otra de las localidades que también registra numerosa prostitución callejera en las rotondas de la N-332, admitieron que ninguna administración está subvencionando ahora proyectos de atención y reinserción. En este caso, la organización está en contacto con una de las profesionales del sexo, a quien facilita condones y otros materiales que reparte después al resto de compañeras. A través de este enlace, los trabajadores de Cruz Roja controlan en la medida de sus posibilidades que todas las mujeres que alquilan su cuerpo por dinero se encuentren bien atendidas.

El tercero de los municipios que más mercado del sexo concentra en verano es la zona costera de Orihuela, un área al que también llegaba hasta 2009 el servicio de Prevenbús y que hoy también ha caído en el olvido.

Más españolas y de más edad

Cabe destacar que la prostitución callejera ha dejado de estar presente solo en las ciudades más turísticas de la comarca. Ahora, también es habitual encontrarse a las chicas en las rotondas y carreteras de municipios más pequeños como Almoradí, donde desde hace meses pueden verse casi a cualquier hora del día.

Fuentes policiales del grupo de Extranjería destacan que cada vez son más las prostitutas de origen español que trabajan en la calle. Suelen tener una edad más avanzada que las extranjeras puesto que en muchos casos son madres de familia que han comenzado a ejercer para intentar llegar a fin de mes. De igual modo, apuntaron a este diario que el coste de los servicios ha disminuido por el aumento de oferta.

Pero el mercadeo del sexo no solo está presente en la calle y en los clubes para adultos. Cada vez es más fácil encontrar en internet pisos y casas clandestinos de la Vega Baja en los que también se ofrecen servicios sexuales. Esta oferta incluye además prostitución masculina.

La falta de programas sociales de ayuda a la reinserción está abriendo una brecha entre este vulnerable colectivo y el resto de la sociedad, una separación que se acrecienta debido a la dificultades de las meretrices para encontrar otro trabajo por la crisis y la falta de ayuda y apoyo de las administraciones.