Las fiestas de la Reconquista no han concluido del todo en Orihuela. A pesar de que el último acto tuvo lugar el 20 de julio, aún quedan signos de las jornadas festivas de la capital de la comarca. El solar ubicado en la calle Francisco Tormo de Haro acumula durante casi un mes restos de los botellones que cientos de jóvenes celebraron a diario en esa vía durante los días de Moros y Cristianos.

Los festeros más jóvenes acostumbran a beber en la vía pública antes de dirigirse a los cuarteles y kábilas a disfrutar de las noches de fiesta. Hace unos años el sitio de reunión para estos improvisados botellones eran las inmediaciones de la calle Oriolanos Ausentes y avenida de la Vega ya que en la zona se ubica un supermercado con un gran aparcamiento, un lugar amplio donde comenzar la fiesta. Sin embargo los jóvenes, debido a los intensos controles policiales, comenzaron a celebrar los botellones de las fiestas de Moros y Cristianos en la calle Francisco de Tormo y son muchos los que se reúnen allí hasta altas horas de la madrugada.

Además de ocupar la acera, las personas que suelen acercarse a la zona invaden el solar que se ubica en esa vía y a pesar de que la calle cuenta con contenedores y papeleras, dejan botellas, bolsas y vasos por todas partes lo que provoca que en la calle se produzca una gran acumulación de residuos que impide incluso caminar por la acera.

Una vez que se concluyeron las fiestas, los servicios de limpieza municipales adecentaron la calle dejándola en su estado habitual, sin embargo no ocurrió lo mismo con el solar que recoge los restos del botellón durante algo más de un mes.

Peligro

Muchos son los vecinos del barrio que critican esa acumulación de basura. Además de que es un peligro para los numerosos vehículos que aparcan en la parcela por la falta de plazas de estacionamiento ya que hay numerosos cristales, también «presenta un grave peligro de incendio porque el solar está lleno de matorrales y cañas», critican los residentes.

Desde el Ayuntamiento indican que hasta ahora no se ha actuado en el solar porque aseguran que es propiedad privada. De hecho, señalan que el área de Urbanismo ha apercibido al propietario en numerosas ocasiones para que cumpla con la ordenanza municipal de solares y además de limpiar el terreno, lo valle «pero solo lo ha hecho en una parte». De esta forma, la parcela está abierta y los participantes de los botellones de las fiestas de Moros y Cristianos no dudan en utilizarla.

En el Consistorio indican que es obligación del propietario limpiar los restos del botellón y anuncian que como el propietario no responde a las advertencias de la administración local, «el Ayuntamiento se va a encargar de adecentar el solar con cargo al propietario tal y como marca la ordenanza» pero son muchos los vecinos que critican la pasividad municipal «porque la basura lleva acumulada en la parcela muchos días».

A pesar de todo, los botellones incontrolados son ahora una de las principales preocupaciones del equipo de gobierno. El alcalde Monserrate Guillén anunció hace unos días que tiene previsto endurecer la ordenanza relacionada con la actividad ilícita de beber en la vía pública tras los últimos acontecimientos vividos en la urbanización costera de Campoamor donde se concentraron hasta 20.000 jóvenes en un macrobotellón que fue organizado a través de las redes sociales. La fiesta generó 55 toneladas de basura y su limpieza ha supuesto para el Ayuntamiento un gasto de 8.500 euros.