La regidora de Bigastro, Charo Bañuls (PP), anunció ayer su pretensión de retirar las competencias a los dos ediles de UPLC tras conocer por la Prensa que su socio de gobierno y primer teniente de alcalde, Aurelio Murcia, no sólo ha intentado negociar una moción de censura con la oposición socialista, sino que además le ha acusado públicamente de «no trabajar lo suficiente» y ha pedido que se baje el sueldo por su incompetencia. Si recibe el visto bueno de la ejecutiva local del Partido Popular, la regidora firmará en breve un decreto para echar del equipo de gobierno a los dos concejales de la formación independiente y continuar los dos años que restan de mandato gobernando en minoría.

Así, los ánimos en el Ayuntamiento de Bigastro están muy caldeados desde hace unos días y no sólo porque el aire acondicionado se enciende cuando es estrictamente necesario para intentar ahorrar gastos en una administración ahogada por las deudas. Las incendiarias declaraciones del líder de UPLC han puesto contra las cuerdas a Charo Bañuls, quien admitía ayer que esta situación es «insostenible» porque no se puede gobernar con un socio que ha puesto en bandeja la Alcaldía al PSOE, una maniobra dirigida a arrebatarle el bastón de mando y mandarla a la oposición. Desde entonces, no ha habido ningún contacto entre los líderes de los dos partidos que firmaron un pacto al inicio de legislatura para evitar que los socialistas continuaran en el poder y el Consistorio vive en una calma tensa a la espera de que se sucedan nuevos acontecimientos.

La regidora reconoció ayer que gobernar la administración local junto a personas en las que ha perdido la confianza es «imposible». En este sentido, se mostró convencida de que la junta local del PP aceptará sus demandas y entenderá que, llegados a este punto, lo mejor es seguir gestionando el Consistorio en solitario y que Aurelio Murcia pase a la oposición. El precio a pagar es muy alto, ya que supone perder la mayoría absoluta y empezar a gobernar en minoría, pero la alcaldesa entiende que no le queda otra opción.

Siempre que la propuesta de Bañuls prospere, habrá un nuevo reparto de competencias entre los concejales populares, que tendrían que asumir ahora la delegaciones de Urbanismo y Educación que gestiona Murcia, y las de Obras y Servicios vinculadas al segundo edil de UPLC, Fernando Moya.

«El intento de Murcia de pactar con el PSOE demuestra que se vende al mejor postor. Quiere que le aumente el sueldo de 1.500 a 2.000 euros, algo que no va a suceder, y que le delegue las competencias en materia de Urbanismo, puesto que sin mi firma no tiene competencia para tomar decisiones importantes pero yo no me fío de él», sentenció la alcaldesa. De igual modo, admitió que si no han aprobado hasta ahora el presupuesto de 2013 es por que los ediles de UPLC lo han bloqueado, otro motivo más para deshacer el pacto de gobierno.