Cerca de un centenar de vecinos de Rojales respaldaron el encierro de la Asociación de Madres y Padres del colegio público Príncipe de España que se inició ayer por la tarde. Ataviados con sacos de dormir, mantas, mochilas con alimentos y bebidas, adultos y menores se concentraron para alzar su protesta. Entre los manifestantes se hallaba el alcalde, Antonio Pérez (PSOE) dispuesto "a todo".

El socialista admitió que el 20 de febrero el secretario autonómico, Rafael Carbonell, les recibirá "pero no vamos a que nos escuchen sino a exigir el nuevo centro".

Antonio Pérez cree que cerca de 400 niños en edad de Infantil y Primaria de Rojales se han marchado a centros privados "ante el mal estado de nuestras instalaciones".

En esta localidad hay censados cerca de 1.200 niños y niñas, de los cuales 800 acuden al "Príncipe de España".

La máxima autoridad local dijo que con estas condiciones en Rojales, "se perderá toda una generación de estudiantes, ya que están más pendientes de lo que pueda suceder que de la clase que imparte el profesor". El alcalde añadió que insistirán en tomar tantas acciones sean necesarias hasta que las puertas del Consell, en Valencia, se abran de par en par para depositar una demanda que ya empieza a desesperar.

Hartos de soportar el lamentable estado del colegio y la falta de diálogo con los responsables de Educación, los rojaleros se atrincheraron en el interior del centro para reivindicar la construcción o la reposición de una nueva infraestructura educativa ante el aspecto que presenta el actual, con más de 40 años de vida.

La totalidad de la directiva de la AMPA y varios ediles del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Rojales no faltaron a esta nueva convocatoria, que tuvo su primer precedente en 2010.