Durante todo el recorrido de la marcha "Contra los desmanes del vertedero" los participantes pudieron ver con sus propios ojos las decenas y decenas de charcos con lixiviados que rezuman del subsuelo. Los ecologistas se han encontrado con la desagradable sorpresa de una suerte de grifo a modo de fuente que vierte sin cesar esos líquidos al subsuelo. Aunque en la imagen central no se aprecia con claridad, el chorro de caldo contaminante ha sido ocultado con brozas.