Dar a conocer la parte más deliciosa de la historia de Orihuela. El área de Turismo inauguró ayer el primer recorrido de la ruta turística "Dulces pasos", una propuesta que permite al visitante adentrarse en la realidad de las clausuras descubriendo las tradiciones reposteras de varias órdenes religiosas. El itinerario comprende la visita a dos conventos y a un horno que elabora dulces para el obispado desde hace más de 150 años.

Degustar postres tan tradicionales como la "tarta de Santa Clara", los "chatos" o las "almohábenas" nunca antes fue tan enriquecedor. El primer grupo de 25 personas que participó ayer en el recorrido por los edificios históricos que albergan varias de las cocinas más entrañables de la ciudad tuvo la oportunidad de degustar algunos de los dulces que forman parte de la historia oriolana, conocer cómo se elaboran y quiénes son los expertos y expertas que atesoran los secretos culinarios que hacen únicas estas exquisiteces.

La visita comenzó en el Horno del Obispo de Orihuela, uno de los establecimientos reposteros más antiguos de la ciudad. Emplazado junto a la Catedral, debe su nombre a que fue el encargado de servir a diario el pan al obispado. Uno de sus postres más característicos es la "almohábena", un dulce de origen medieval que todavía hoy corona muchas de las celebraciones familiares de los oriolanos. Así, los participantes tuvieron la ocasión de adentrarse en el obrador del establecimiento y observar el proceso de elaboración de este característico dulce.

Clarisas

La visita se desplazó después hasta el convento de San Juan, hogar de la orden de las hermanas clarisas en Orihuela. Frente al histórico edificio, el guía ofreció a los visitantes algunas pinceladas sobre su historia arquitectónica y los condujo después al interior del templo, donde explicó con todo lujo de detalles la historia de la congregación e hizo un repaso por las obras de arte sacro que alberga el lugar. Acto seguido la comitiva se dirigió a la habitación que hace las veces de tienda y desde donde ofrecen sus almendrados, frutas de almendra, roscos o yemas de Santa Clara, productos de tradición centenaria que sirven a la orden para autofinanciarse. Así, los participantes pudieron conversar con algunas de las hermanas que allí habitan, unas monjas que con expresión simpática repitieron en más de una ocasión a los visitantes que no pueden revelar el secreto de elaboración de sus deliciosos dulces.

La tercera y última de las paradas se hizo en el convento de la Trinidad, donde está fijada la casa de las hermanas dominicas. De igual modo, los participantes recibieron información sobre la historia del edificio y sobre la orden, y acabaron degustando y adquiriendo varias de los productos que ponen el broche a cualquier sobremesa.

Atractivo

La iniciativa supone un gran atractivo para el visitante dado que le permite conocer una parte esencial de la historia oriolana de la forma más dulce. Tanto es así que a día de hoy ya hay reservas de participantes procedentes de la ciudad de Alicante, Gandía o Almoradí, entre otras. En definitiva, se trata de una ruta que pretende diferenciar la promoción turística de Orihuela y que persigue que el visitante que se acerque a la ciudad experimente el sabor de su historia a través de una experiencia que perdure en la memoria y en el paladar.