El municipio de Torrevieja se ha convertido en la gallina de los huevos de oro a la hora de recaudar impuestos para SUMA. Los vecinos de la ciudad se dejaron en el último ejercicio 43 millones de euros en las cuentas del organismo de gestión tributaria dependiente de la Diputación Provincial. Con sólo 18.000 vecinos más que Orihuela SUMA recauda el doble de impuestos a los residentes en Torrevieja. El pilar básico de esta fortaleza recaudatoria después de cinco años de crisis económica hay que situarlo en el Impuesto de Bienes Inmuebles. Especializado en el turismo de segunda residencia el municipio torrevejense tiene registradas casi las mismas propiedades inmobiliarias que Elche, y año tras año siguen aflorando del orden de mil viviendas más que escapaban, hasta la fecha, al control de SUMA.

Las más de 160.000 propiedades dadas de alta suponen para las arcas municipales 34,7 millones de euros. Y en este año, con el incremento del impuesto -que bien han podido comprobar los vecinos en su recibo durante las últimas semanas- las previsiones de recaudación se acercan a los 38 millones de euros. Una cifra que con un 40% supone el grueso del presupuesto de ingresos del municipio.

El gobierno local atribuye la eficacia recaudatoria al organismo de gestión, pero el fundamento básico de este éxito hay que situarlo en la existencia de una extensa planta de viviendas que equivale a la de Elche, inmuebles que ocupan de manera intensiva suelo residencial y que son propiedad de particulares -no de empresas que tienden más al uso extensivo de suelo industrial- y que la mayor parte del año no reside en la ciudad.

El municipio de Orihuela, cuya actividad residencial se localiza en su zona litoral, cuenta sin embargo con menos de 100.000 viviendas registradas (99.258). Tanto el gobierno local actual como el anterior conocen que miles de inmuebles escapan al control del órgano de gestión tributaria. Viviendas que se construyeron, vendieron y ocuparon tan rápido entre 2000 y 2007 aprovechando la onda expansiva del boom inmobiliario que no fueron registradas pasando "desapercibidas" para la administración local. Se calcula que este ayuntamiento deja de ingresar al menos tres millones de euros de recaudación del IBI por esta circunstancia. Algo en lo que influye también que no aborda una revisión de los valores catastrales desde 1994. Entre las miles de viviendas que no están regularizadas destacan las casas ilegales en la huerta, y otros tantos miles que siguen sin cédula de habitabilidad, pero ocupadas, en Orihuela Costa. Paradójicamente mientras residenciales enteros han escapado al control impositivo la vigilancia del Impuesto sobre Vehículos se muestra más eficaz en Orihuela, ya que cuenta con más vehículos registrados que el torrevejense: 55.000 en Orihuela y 46.000 en Torrevieja.

Cabeceras

Torrevieja recauda más impuestos que Orihuela, pero también supera a la mayoría de municipios y cabeceras de comarca de la provincia como Alcoy, Dénia, La Vila, Villena o Elda, y sólo los municipios de Benidorm, Elche y Alicante superan la cantidad recaudada por la población turística del sur. Aunque la diferencia en las fuentes de ingresos impositivos se hacen notar en un caso y otro. Si la hacienda torrevejense se engrasa con el IBI, en las tres ciudades restantes el peso de los inmuebles es menor en el balance general de los impuestos que recaudan y en ellos aflora el dinamismo de su tejido industrial y empresarial teniendo relevancia el aporte del Impuesto de Actividades Económicas.

El peso de los municipios costeros y la escasez en Rojales

Desde una perspectiva comarcal centrada en Vega Baja el balance de SUMA arroja algunos datos curiosos. El tercer puesto en ingresos por impuestos lo ocupa Pilar de la Horadada y el cuarto Guardamar del Segura, poblaciones del litoral que también hacen valer el peso de su planta de viviendas turísticas en el IBI. Destaca por paradójico el municipio de Rojales, que ya es la cuarta ciudad por población en la comarca, con 21.000 vecinos, pero no llega ni a los 4,2 millones de euros en su recaudación por el impuesto inmobiliario, pese a contar con una de las áreas de segunda residencia más amplias de la comarca, siendo ampliamente superado por los municipios de Callosa de Segura y Almoradí. D. P.