El presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, y la consellera de Educación, Formación y Empleo, María José Catalá, fueron recibidos ayer en el colegio Manuel Riquelme de Hurchillo, en Orihuela, por una concentración encabezada por cerca de un centenar de padres, madres y alumnos de distintos puntos de Orihuela que protestaban por el recorte en las líneas de transporte escolar que ha dejado a cerca de 300 alumnos sin autobuses para desplazarse hasta los centros educativos. La movilización también pretendía recordar al jefe del Consell que hay cientos de estudiantes desde hace años en aulas prefabricadas o ampliaciones de centros educativos prometidas que nunca se licitan.

El acto, destinado a conocer el proyecto educativo del colegio, congregó a buena parte de la cúpula del Partido Popular de la Vega Baja, entre los que se encontraban diputados provinciales como Mónica Lorente, Adrián Ballester o Joaquín Albaladejo, autonómicos como el exalcalde de Torrevieja, Pedro Hernández Mateo; así como regidores y concejales de la práctica totalidad de municipios de la comarca. Del mismo modo, acudió a la visita el primer edil de Orihuela, Monserrate Guillén (Los Verdes) acompañado de varios de los concejales de la corporación oriolana.

A la llegada de la consellera de Educación al centro, los manifestantes la recibieron al grito de "menos recortes y más transporte". Catalá se acercó entonces y escuchó sus reivindicaciones. Así, los representantes de las distintas Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos le entregaron documentos donde explican que con la nueva herramienta para medir la distancia entre las casas de los niños y los colegios -que debe ser de más de tres kilómetros en línea recta sobre un mapa para disponer de línea de autobús- se deja sin transporte a tres centenares de estudiantes. Trasladaron a la consellera que, bajo ese criterio, decenas de alumnos tendrían que cruzar carreteras sin zonas peatonales, vías de tren o caminos de huerta para poder llegar hasta los colegios.

Agentes

Aunque la consellera de Educación se reunió antes y después de su visita al colegio con los allí concentrados, éstos no pudieron acercarse en ningún momento al presidente de la Generalitat debido a que, desde primera hora de la mañana, una docena de agentes de la Policía Nacional flanquearon la puerta de acceso al centro y contuvieron a los concentrados a unos metros de distancia de la entrada.

La presidenta de la federación local de AMPAS, Rosario Bas, acompañada de la primera teniente de alcalde de Orihuela, Antonia Moreno (PSOE), trataron de acercarse al coche del presidente para entregarle en mano un manifiesto reivindicativo, pero el coche oficial de Fabra abandonó el centro escolar desde el aparcamiento interior y no dio pie a ello. Tras abandonar el presidente de la Generalitat las instalaciones educativas, los concentrados estallaron al grito de "Fabra cobarde".

Informe policial sobre la inseguridad vial

La concejala de Educación, Rosa Martínez (PSOE) entregó ayer a la consellera un documento firmado por el intendente de la Policía en el que explica la circunstancia de los escolares procedentes de algunas pedanías que han quedado ahora sin transporte escolar. La edil recordó que el municipio ha pasado de contar con 23 líneas de transporte escolar a 11 y subrayó las dificultades de los alumnos, que se encuentran repartidos en un territorio de 371 kilómetros cuadrados entre 27 pedanías. "La nueva forma de calcular distancias supone que muchos niños se queden fuera, escolares que tendrían que atravesar carreteras sin zonas peatonales, vías de tren y caminos rurales para poder llegar al colegio". M. A. R.

¿Por qué el colegio público de Hurchillo?

El presidente Fabra, tuvo la oportunidad de conocer el proyecto educativo del centro, adscrito a la Red de Escuelas Asociadas a la Unesco, que cuenta con 220 instituciones académicas adheridas en España. De la mano del director, Joaquín Marzá, Fabra y la consellera de Educación, María José Catalá, pudieron conocer detalles sobre cómo funciona un centro donde el cuidado y respeto al medio ambiente es uno de los ejes fundamentales. En 1999, la dirección adoptó el conocido como "Contrato educativo con la tierra", que no es otra cosa que un manifiesto mediante el cual el firmante se compromete a adoptar ciertos comportamientos para ayudar a conservar el planeta Tierra, como ahorrar en luz y agua, cuidar los montes o los jardines. Hasta el día de hoy son más de 6 millones las personas que se han suscrito a este compromiso. Otro de los proyectos más importantes del centro es el huerto escolar que, bajo la fórmula de una cooperativa formada por los propios alumnos, siembra frutas y hortalizas que luego son vendidas al comedor y forman parte de la dieta. De los beneficios que se extraen con la cooperativa "La cajita verde", la mitad se reparten entre los alumnos y Unicef. M. A. R.