Su poder de disuasión lo han convertido en el arma más eficaz contra la posesión de sustancias estupefacientes. El inspector de la Policía Local de Rojales, Carlos Pomares, asegura que el perro no pasa desapercibido para nadie y "aquellos que llevan algo indebido en sus bolsillos, lo tiran enseguida". Ha sido adiestrado por los mejores profesionales del país para combatir el narcotráfico. Hace unas fechas, municipios como Benijófar necesitaron su presencia para una actuación policial y otros de la comarca de la Vega Baja ya se plantean en adquirir uno de estos ejemplares para reforzar la efectividad policial.

"Arak" prestará servicio durante los próximos nueve años en la brigada antidroga de Rojales, la primera de la comarca de la Vega Baja. Erradicar la distribución y consumo de sustancias estupefacientes en el municipio será su principal misión, "y lo está consiguiendo. El objetivo no es detener a personas todos los días sino disuadirlas de sus intenciones", dice el alcalde Antonio Pérez (PSOE).

Los vecinos de Rojales acogieron con gran expectación la incorporación de Arak a la Jefatura del municipio. Ante los indicios de un aumento de la venta de droga al menudeo, el entonces intendente jefe, César Zaragoza, solicitó al Consistorio la puesta en marcha de una unidad para la prevención de delitos relacionados con las sustancias estupefacientes.

Complemento

El alcalde ya aventuró en la presentación de esta patrulla canina el pasado mes de abril que "se convertirá en una herramienta necesaria para complementar el trabajo de seguridad ciudadana" y añadió que "es importante que la policía tenga un nuevo soporte para la prevención de la delincuencia".

Y las expectativas se han cumplido. Desde la puesta en marcha de esta la unidad el 30 de abril, Arak ya ha conseguido su objetivo: evitar que se venda droga a los jóvenes del municipio. Tiene presencia en los centros educativos, instalaciones públicas y parques y jardines y en las calles de Rojales.

Esta patrulla canina es capaz de hallar drogas como hachís, marihuana, cocaína, speed, pastillas, éxtasis y heroína. Como consecuencia de las quejas vecinales y de los propios padres de los alumnos, por la presencia sospechosa de individuos en los alrededores del colegio público Príncipe de España, una patrulla vigila constantemente este centro educativo. La Jefatura sospecha desde hace meses que determinadas sustancias ilegales son distribuidas a jóvenes estudiantes rojaleros.

El día de la presentación de Arak los vecinos que acudieron a su exhibición se quedaron asombrados por las actitudes y capacidades que demostró este peculiar agente de la ley que, escaqueándose de las oposiciones, sin un psicotécnico, sin unas pruebas físicas y sin un examen teórico ha conseguido que sus compañeros lo consideren uno más de la plantilla y que los ciudadanos lo miren con mucho respeto.

Adiestrar al animal para que su trabajo sea como un juego

Cuando el agente trabaja, el perro juega. Adiestrar a este animal supone un esfuerzo para el policía que se encarga de su cuidado. Una de las actividades orientadas a estimular el olfato de los canes consiste en arrojar una pelota y que el perro vaya a buscarla. La pelota debe estar impregnada del olor de las sustancias que se quiere que la patrulla canina detecte. Desde cocaína, marihuana y hachís hasta el rastro de los billetes. Para que ejemplares como Arak sean efectivos deben estar en contacto con estos aromas para que poco a poco se familiaricen con su cometido tanto en los centros escolares, aeropuertos o estadios de fútbol. Una de las partes fundamentales de este entrenamiento es crear un vínculo de confianza entre animal y policía, esto se consigue manteniendo al can en el mismo hogar que el adiestrador a lo largo de su vida. Arak será un compañero de trabajo, pero también un amigo. M. M.