En menos de un año la empresa Alevines de Guardamar SL ha mantenido a más de nueve millones de crías de doradas y lubinas para ser distribuidas por todo el mundo tras conseguir el tamaño y el peso adecuado. La labor de esta empresa con capital guardamarenco es la de "preengorde", posicionado en el segundo eslabón de una cadena que empieza con el "hatcheries" y que termina con el "engorde".

En el preengorde las crías llegan con tres meses de vida y un tamaño aproximado de un centímetro y medio; y en esta segunda fase se mantienen otros tres meses hasta lograr con una dieta especial de pienso de harina de pescado -que les aporta calcio, grasa, proteína, minerales y fósforo- el tamaño y el peso adecuado para pasar a unas jaulas donde convivirán cerca de 18 meses y acto seguido a la venta.

El empresario Pedro Amorós ha reactivado esta empresa de un sector que está en pleno auge, de hecho la FAO asegura que el 50% del pescado que se consume procede de piscifactorías y en unos años se pasará al 70%, según datos facilitados por la empresa. El consumo de alimentos acuáticos por esta vía se ha convertido en una de las soluciones para atender la demanda de una población que aumenta pero no en su misma proporción la de los peces salvajes.

Alevines de Guardamar es la única empresa del sector independiente y por tanto debe luchar con las multinacionales que copan prácticamente todo el mercado. No obstante, trabaja actualmente para clientes-empresas de reproducción de distintas especies marinas de Francia y Grecia, que distribuyen sus piezas a Portugal, Túnez, Francia, Croacia y distintos puntos de España. "Aquí damos servicio a empresas de otras fases de reproducción", indica Pedro Amorós. El empresario, sacudido por la crisis del ladrillo que le obligó abandonar el sector de la construcción, es ahora un empresario modélico en la acuicultura. Ha conseguido dar empleo a 14 vecinos de Guardamar y sellar acuerdos con instituciones como la Universidad Miguel Hernández de Elche, "apostamos por las líneas de investigación en I+D. Queremos conocer otros mercados y técnicas que nos posibiliten crecer" añade.

Esta empresa se ha marcado cuatro líneas de investigación: mejorar la calidad del agua, lograr una estabilidad térmica, investigar con nuevas especies y tratar las algas marinas. Para ello permite a la UMH investigar en el interior de Alevines de Guardamar SL con el propósito de mejorar su rendimiento y permitir a estudiantes aplicar sus conocimientos. "Cada vez se pesca menos y los paros biológicos afectan el consumo, por este motivo el pescado de piscifactoría va a más".

Control por wifi de

la producción

La situación geográfica de esta factoría de preengorde la hace única, ya que se encuentra en el Mediterráneo. El agua con la que se mantiene los 41 pozos de crías es de mar y en cada una de esas "piscinas" caben 120.000 peces. Esta auténtica guardería de peces consta de más de 5.000 metros cuadrados, y con un sistema wifi controla toda la producción y la detección de errores en la calidad del agua, oxígeno y temperatura. Unos cuadros eléctricos avisan a los técnicos y al biólogo que vigilan a los millones de peces.

Todo está bajo control para que el producto sea óptimo para su consumo. "Tenemos clientes potenciales ya que desde Guardamar mantenemos a 9 de los 32 millones de peces que se hacen en España a través de piscifactorías". Una vez superada la fase de preengorde, camiones con cubas o barcos de Europa hacen escala en Alevines de Guardamar para proseguir con su última fase de reproducción.