El supuesto enterramiento de residuos no autorizados invadiendo parte de la Rambla Salada y por tanto el dominio público hidráulico en La Murada (Orihuela) "no es apreciable" para la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS). Así ha respondido el organismo de cuenca al Seprona de la Guardia Civil, después de recibir una consulta fechada a comienzos de año sobre la "posible ocupación del cauce del barranco por plantación de cítricos, así como el relleno de esa zona para hacer efectiva la plantación de cítricos al parecer con residuos urbanos". La Guardia Civil quería esclarecer dos cosas: Primero, si algún particular ha invadido el cauce de la rambla sin permiso y se lo ha apropiado para cultivar; y segundo, si para plantar los cítricos había utilizado basura mezclada con tierra. O, dicho de otro modo, lo que investiga ahora el Juzgado de Primera Instancia 3 de Orihuela es si los cítricos no son más que una excusa -una tapadera, literalmente- para verter residuos de forma ilegal fuera de vertedero y sin la menor medida sanitaria en la huerta de La Murada.

La respuesta de la CHS está firmada por el jefe del Servicio de Policía de Aguas y Cauces, José Manuel Ruiz Sánchez, y remitida por el comisario de Aguas, Manuel Aldeguer. Expone que comparando fotos de 1956, 2007 y 2009 sí se constatan trabajos de transformación agrícola de la zona, pero "no es apreciable una ocupación significativa del cauce principal del barranco". El organismo solo concede que "en cuanto a la invasión del dominio público hidráulico, es posible que se hayan producido derrames de tierra y productos de relleno en los taludes del cauce abajo de la rambla, pero al parecer del técnico que suscribe poco significativos a tenor de la observación fotográfica; otra cosa es el tipo de material empleado, el cual tal vez debería ser analizado para poder establecer la idoneidad del mismo como suelo agrícola".

Cinco metros de servidumbre

El jefe de Servicio de Policía de Aguas y Cauces añade que el propietario puede aprovechar agrícolamente los terrenos junto a la rambla "si respeta y no ocupa la zona de servidumbre", es decir, una franja de cinco metros junto al borde del cauce (esa separación es visualmente dudosa sobre el terreno, visitado por personal municipal en varias ocasiones).

La CHS dice que no puede señalar al Seprona cuál es el ancho de la rambla porque no es "uniforme" (porque "depende de múltiples factores que intervienen en la dinámica fluvial"), y cuando la Guardia Civil pregunta, dando unas coordenadas exactas, si la plantación "está enclavada en el cauce del Barranco Rambla Salada o en zona de servidumbre", lo que responde la Confederación es que "sería preciso determinar una serie histórica de datos de caudal de 10 años consecutivos y representativos", sacar una media y averiguar si ese terreno habría quedado inundado, pero "al carecer de datos foronómicos de ese cauce no es posible su determinación".

Todo este informe obra en poder de la jueza que investiga los supuestos enterramientos ilegales en este punto y en al menos diez parcelas más de La Murada, dos de ellas analizadas en profundidad con catas que sacaron a la luz basuras de todo tipo y algunas en las que se ven a simple vista. En este asunto están imputados varios miembros de la familia Fenoll, propietaria del vertedero "Proambiente" y otros dueños de terrenos (incluidos estos que se sitúan junto a la Rambla Salada).

Agosto

El Ayuntamiento de Orihuela puso los hechos en conocimiento de la CHS, del Seprona y de la Fiscalía en agosto. El concejal de Medio Ambiente, Manuel Culiáñez (Los Verdes), pidió catas para identificar los residuos y que se investigara a los responsables de la invasión del dominio público hidráulico y el enterramiento de basuras. Culiáñez dijo entonces que "hasta que la CHS elabore un informe tenemos que hablar de supuesta ilegalidad, pero es visible que el cauce de la Rambla Salada está ocupado por una serie de parcelas construidas sobre taludes de escombros colmatados -con residuos que evidentemente no deberían estar fuera de un vertedero- y destinadas al cultivo de cítricos".

Además de los daños medioambientales derivados de este supuesto enterramiento descontrolado de residuos de procedencia desconocida, Medio Ambiente se preguntaba si el ancho de la rambla soportaría lluvias torrenciales. A nada de eso ha dado respuesta ahora la CHS.