Ser la primera mujer que fue abogada en Orihuela, haber sido capaz de conseguir a finales de los 80 que Orihuela hiciera una huelga para que le construyeran un hospital público o haber trabajado para recuperar los cantos de la pasión sin más premio que el haber podido escucharlos, son algunos de los méritos que reunían los nueve ciudadanos, probablemente escogidos entre varios cientos, que son un ejemplo del pueblo llano y al que tanto se le debe.

Por primera vez, el Ayuntamiento ha querido dignificarlos, sin colores políticos, más que por sus obras y por lo que la sociedad, en su conjunto, les debe. Como dijo el alcalde, Monserrate Guillén, en el acto celebrado en el Teatro Circo, entre ellos ve a más oriolanos activos que a muchos jóvenes y el municipio no puede ni debe perder nunca de vista que fueron y siguen siendo un referente.

La lista

Allí estaban Vicente López Cánovas, premio Mayor Solidario (vecino de Desamparados que ha dirigido Cáritas durante años); Jesús Girona Mazón, premio Mayor al Trabajo (quien realiza la única subasta de productos de la huerta); José Soto Vegara, premio Mayor Artístico (por recuperar los Cantos de la Pasión); María Francisca Galante García, premio Mayor a la Igualdad (fue la primera letrada de Orihuela); Atanasio Die Martín, premio Mayor Cultural (por sus cuarenta años de dedicación al teatro); Rocío Caparrós Sánchez, premio Mayor Promoción de la Educación (catedrática de Matemáticas y profesora durante más de 40 años del IES Gabriel Miró); Asociación de la Tercera Edad Nuestra Señora del Pilar de El Escorratel, premio Mayor Asociación Destacada; Antonio García Aracil, premio Mayor a la Integración (fundador de Vega Baja Acoge); y Blas López Huertas, premio Mayor a la Participación (fundador de la comisión Pro-Río).