Un desafortunado accidente con final feliz. La imagen de Nuestra Señora del Carmen de San Fulgencio volverá hoy a la iglesia parroquial de este municipio tras pasar por el taller del imaginero Ramón Cuenca, quien ha reparado los rasguños que la talla sufrió durante su peregrinaje en carreta hasta la localidad de Cox.

El percance ocurrió el pasado domingo cuando decenas de feligreses avanzaban en romería desde Callosa de Segura hasta el santuario de la Virgen del Carmen de Cox. El cometido del peregrinaje no era otro que celebrar el Año Santo Jubilar concedido por el Vaticano en honor a la patrona cojense y a su templo, que cumple su IV centenario. Una peregrinación en la que participaban hasta nueva imágenes religiosas llegadas desde distintos puntos de la comarca de la Vega Baja como Orihuela, Catral, Daya Nueva o San Fulgencio, y que avanzaban en carretas tiradas por caballos y rodeadas de feligreses que acudían a Cox para "ganar el jubileo".

Asustado

El infortunio que dañó la imagen de la talla llegada desde San Fulgencio ocurrió cuando el caballo que tiraba de la carreta con la Virgen se asustó, probablemente por el ruido de un ferrocarril que se acercaba. El animal salió desbocado y, como consecuencia del zarandeo al que se vio sometido el carro, la imagen del Niño Jesús que portaba la Virgen salió por los aires con tan mala suerte que acabó estrellándose contra el suelo. El impacto motivó que se rompiera en mil pedazos. Asimismo, la talla de Nuestra Señora del Carmen también salió malparada debido a que se quebrantó la gran corona dorada que portaba sobre su cabeza, arañando la frente de la imagen.

El accidente sobrecogió a los feligreses que avanzaban con júbilo en romería debido a que es una de las tallas más queridas por los vecinos de San Fulgencio. Compungidos, los romeros recogieron los pedazos de la imagen rota y continuaron su marcha hasta alcanzar el santuario cojense.

La noticia sobre los hechos corrió como la pólvora entre los vecinos de Cox y, cuando los dirigentes municipales se enteraron del percance, anunciaron que el Ayuntamiento se haría cargo de sufragar la restauración de la talla afectada, así como del nuevo Niño Jesús como gratitud hacia el pueblo que quiso acompañarles en las celebraciones del jubileo.

Ha sido el imaginero Ramón Cuenca, director artístico de la restauración integral del convento que celebra el Año Santo Jubilar, el encargado de llevar a cabo la restauración en un tiempo record para que sea repuesta al culto lo antes posible. El escultor explicó ayer que la talla del niño Jesús no sobrevivió al impacto debido a que estaba esculpida en pasta y no en madera, como la talla de la Virgen. A Cuenca le han entregado algunos de los pedazos rescatados de la imagen del Niño para esculpir otro de medidas similares. Una imagen que, según dijo, volverá a los brazos de la Virgen del Carmen antes de su día grande, el 16 de julio.