La Universidad Miguel Hernández, en colaboración con el sindicato agrario ASAJA y la Escuela y Museo del Cáñamo de Callosa, realizó ayer una plantación de este cultivo tradicional de la Vega Baja con el objetivo de elaborar un estudio que permita el aprovechamiento de su materia prima para la fabricación de hilo. El lugar escogido para la siembra fue la finca de la Monsina, ubicada en el término municipal de Callosa de Segura y elegida por las excelentes características del terreno y del clima.

Según Joaquín Parra, profesor honorífico de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela, "existe una gran variedad de posibilidades porque hay un interés tremendo en toda España por este cultivo. Nosotros, como Universidad, tenemos que estar ahí". Además destacó que, a pesar de esto, "no hay ninguna empresa que se encargue de la explotación textil del cáñamo en nuestro país". Por tanto, tras realizar una primera plantación el pasado año en la que consiguieron mecanizar todo el proceso de siembra, siega y recolección, con este nuevo curso, lo que se pretende es lograr la mecanización, también en la fase de extracción de la fibra, separándola de la caña para la obtención del hilo. Ese sería el único punto que les queda por resolver, pues según el profesor, "ya tenemos a gente dispuesta a hilar. Sólo nos falta mecanizar el proceso de obtención de esas hebras para que la producción sea mucho más rápida, eficaz y barata".

El precio del hilo en el mercado internacional ronda los 15 euros por kilo. En la plantación sembrada se espera recoger alrededor de 100 kilogramos de materia útil, por lo que el valor del producto final rondaría los 1.500 euros.

Vida y trabajo

Al acto también acudió el alcalde de Callosa de Segura, Javier Pérez, quien mostró su apoyo a este proyecto porque antaño "la industria del cáñamo fue fundamental para la vida, el trabajo y la economía local". Igualmente, quiso destacar el esfuerzo en que esa producción vuelva al municipio, ya que el objetivo final es que "los agricultores obtengan un producto que sea rentable y que se pueda cultivar en toda Callosa."

Además de la obtención de fibras textiles, el cáñamo también puede usarse en otros campos. Sirve para la realización de diversos tipos de papel, así como para conglomerados o plásticos. Los beneficios para la tierra también son abundantes, pues elimina las malas hierbas, mejora la calidad del suelo, es resistente a plagas y no necesita pesticida.

Su uso como droga no es una posibilidad

Joaquín Parra quiso destacar que, en contra de la creencia popular, "hay un error total al afirmar que el cáñamo puede ser una droga. Hace cincuenta años se sembraba sin problema, no creo que los químicos de entonces fuesen tan tontos. Estas variedades no tienen droga". Sin embargo, debido al alto control de la legislación en esta materia, la concentración de THC (sustancia psicoactiva presente en el Cannabis) de las semillas plantadas es de tan sólo el 0.02%, por lo que no hay riesgo de que puedan utilizarse para producir sustancias alucinógenas. El envío de las semillas que se han plantado en la huerta callosina se ha realizado desde Francia, donde el cultivo y la explotación está muy extendido (más de 12.000 hectáreas.