Algo más de 200 personas se congregaron ayer ante la Biblioteca Pública Fernando de Loaces de Orihuela, propiedad del Estado y gestionada por la Generalitat, para lamentar que el recorte de horario y sueldo a los interinos decretado por el Consell (y que afecta más de la mitad del personal) haya supuesto el cierre de las instalaciones por las tardes. La Biblioteca se ha quedado "para los jubilados, aunque nos alegremos por ellos" (dijeron en el manifiesto los jóvenes organizadores) porque ni los niños pueden disfrutar le la sala infantil por las tardes, ni los universitarios pueden estudiar para sus exámenes fuera de horario de clase, ni los investigadores pueden acceder al archivo histórico municipal fuera de un estricto horario de 9 a 14 horas. Tampoco el Club de Lectura podrá continuar celebrando sus reuniones quincenales.

¿Cómo se puede inculcar el cariño por los libros y la afición a la lectura a los niños y jóvenes si Orihuela no tiene ni una sola biblioteca pública a su disposición fuera de horario escolar? Se lo preguntó el concejal de Patrimonio, Manuel Culiáñez (Los Verdes), mientras consideraba una "barbaridad" y "lamentable" que los recortes del Consell vuelvan a afectar a Orihuela y a la cultura. Su homóloga en Cultura, Ana Mas (PSOE), recordó que hace más de seis meses se volvió a instar al Consell, como ya se venía haciendo desde hace años a través de acuerdos plenarios, a que ampliase el horario de la Biblioteca, porque en vacaciones, Semana Santa o verano se cerraba por las tardes por la falta de personal.

De hecho, el cierre vespertino que ha supuesto el decreto del Consell en Orihuela se debe a que solo siete personas gestionan la Biblioteca Fernando de Loaces: un director, una subdirectora, una persona de administración y cuatro ordenanzas. En total, tres interinos. En el caso de las bibliotecas públicas de Valencia, Castellón y Alicante, los recortes han afectado a entre dos y cuatro personas, mientras que el resto de personal (más de treinta en cada caso) son funcionarios. Por eso, a efectos prácticos, el servicio a los usuarios no se ha visto tan afectado como en Orihuela, la única biblioteca estatal que no está situada en una capital de las 52 que hay en España, según se señalaba en la sentada.

Los jóvenes que habían convocado la protesta colgando carteles en la calle e invitando a asistir con un libro y un silbato leyeron un manifiesto en el que consideraron que "se amputa la dimensión social que cumple esta institución", que acerca la cultura a quines no tienen posibilidad de tener en sus casas libros, internet, cine o prensa. Los concejales de Cultura y Patrimonio, así como la de Juventud (Carolina Gracia, del PSOE), respaldaron la protesta, a la que también asistieron miembros de Izquierda Unida. Ana Mas mencionó que lo "extravagante" e incoherente hubiera sido no aparecer, porque desde la oposición llevaban varios años reclamándole a la Conselleria que dote adecuadamente de personal la biblioteca de Orihuela. La razón principal es que es la única que hay en la localidad, cuyo censo supera ya los 90.000 habitantes.

Ley

Pese a que se está reformando el antiguo Hospital de San Juan de Dios para convertirlo en biblioteca pública municipal (las obras no acabarán hasta octubre y después habrá que instalar mobiliario y asignar personal), la ciudad sigue incumpliendo la ley de ordenación bibliotecaria valenciana que establece la necesidad de tener una dotación de este tipo en cualquier municipio de más de 50.000 habitantes, e incluso recomienda una red de puntos de lectura.

Este déficit de infraestructuras culturales es de sobra conocido por la administración autonómica, señaló Ana Mas, porque además de acuerdos plenarios se envió a la Conselleria de Cultura en agosto una carta que repasaba la precaria situación de Orihuela y exponía que un horario de 10.30 a 14 horas y de 17 a 20 horas era a todas luces insuficientes (y eso que en verano quedaba reducido a las seis horas que van de las 8.30 a las 14.30 horas). "La respuesta, lo que hemos obtenido", han sido más recortes, reflexionó la edil, quien se mostró insatisfecha con la respuesta dada por el delegado del Consell, Juan de Dios Navarro (PP), cuando hace ocho días prometió que la aplicación del decreto se revisaría en casos como el de Orihuela.

Depósito

Se da la circunstancia de que la reducción de horario afecta también al archivo histórico municipal, que está depositado mediante un convenio por 25 años. Un funcionario del Ayuntamiento atiende a los investigadores y usuarios que se interesan por los valiosos documentos (Orihuela fue capital de la gobernación hasta el siglo XIX, recordó Culiáñez) y otro trabaja en la Casa de la Juventud digitalizando fondos. Ahora el horario se tendrá que limitar igual que el del resto de salas, algo que afectará a investigadores, doctorandos o historiadores.