Matar por matar. Siguió a las tres ancianas por el carril de Los Cobos de la pedanía murciana de El Raal. Ellas no sospecharon de aquel magrebí. "Es habitual que haya extranjeros desconocidos por esta zona", comenta una. Siguieron su marcha sin detener la mirada en el joven. Los segundos que vinieron después han destrozado a una familia y han traumatizado a otras dos.

A la primera, Carmen Calderón Roldán, de 79 años, le dio un golpe flojo en la nuca. Se mareó y quedó inconsciente. A Fina Meseguer Ruiz, de 64 años, le propinó otro en la cabeza dejándola casi inconsciente y causándole un traumatismo y una brecha que los médicos han cerrado con 25 grapas y del que se recupera en el hospital Reina Sofía de Murcia. El último asalto del agresor fue el más duro. Empleó toda su fuerza en machacar el cráneo de Mari Carmen Gea Marcos. Tras 24 horas conectada a una máquina en la Arrixaca, anteayer falleció rodeada de sus hijos y esposo, que han "perdido las ganas de vivir". Aunque quieren que el agresor sea arrestado "para que no vuelva a destrozar la vida a nadie", ni rencor pueden sentir. Solo el dolor de perder a alguien de forma inesperada. "¿De qué vale toda una vida de buenas acciones si te la arrebata un asesino sin ningún motivo?", se pregunta su yerno, entre lágrimas.

Y eso precisamente es lo que trata de esclarecer el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil. Ayer acordonaron el lugar del crimen para examinar cualquier pista que pudiera llevarles hasta el presunto agresor. Y la mañana fue fructífera: en el huerto donde se produjo el asalto los agentes hallaron el arma homicida: un palo de madera redondeado, tipo béisbol, de 60 centímetros.

Las otras dos agredidas habían definido el arma como "algo de madera, como los bates de béisbol", detalla el marido de Carmen Calderón. Los agentes de Policía Judicial hallaron también el monedero de una de las víctimas, que conservaba un par de euros. Encontrar estas monedas supone confirmar que el sospechoso se fue sin nada. "Pudo agredirles buscando dinero, pero si uno quiere ganancias no roba a unas ancianas que salen a andar", explicaba ayer la hermana de Carmen, que comparte la idea con el resto de familiares de las víctimas de que el agresor era un desequilibrado mental que llevaba días merodeando las veredas.

Tampoco robó joyas. Ni el cordón de oro de una de las mujeres, ni el reloj. Un collar tirado en el lugar de los hechos señala que el agresor huyó con las manos vacías. Las huellas del sospechoso en el palo y las pisadas en el terreno arenoso del carril de huerta fueron también "cazadas" por los agentes que, sin perjuicio de las pistas que puedan aportar estas pruebas, han optado por rastrear las inmediaciones del lugar de los hechos buscando al hombre en base a la descripción de las dos heridas. Ellas lo recuerdan como un magrebí vestido con ropa oscura. Pero el shock les impide rememorar más detalles, por lo que otra persona está siendo de gran ayuda en la investigación, como un vecino de la fallecida que pudo ver al agresor huyendo. Además, este hombre que acompaña a la Guardia Civil durante la búsqueda asegura que "había visto a ese hombre por aquí desde hace días".

Esta hipótesis de que el sospechoso llevaba una semana refugiado en la casa abandonada de "Los Rodríguez" avala la versión de la hermana de Fina, que asegura que lo vio desnudo a escasos metros del lugar de la agresión, un camino que comienza en la pedanía de El Raal y en solo unos metros ya pertenece a El Arenal de Orihuela. De ahí que de las tres mujeres agredidas, vecinas "de toda la vida", sólo Carmen Calderón sea murciana y el resto ya sean alicantinas, pese a vivir a unos metros la una de la otra y juntas toda la vida.

"Mi mujer no merecía morir asesinada; han destrozado a mi familia"

El marido de la fallecida, Manuel Cámara, explicó ayer que "ni he podido despedirme. Han destrozado a mi familia. Mi mujer se ha dedicado toda la vida a trabajar y no se merecía morir asesinada. Me siento muy culpable porque durante toda mi vida me he dedicado a servir al pueblo y estos años a hacer de Síndico de la noria y ella me pidió que lo dejara todo para compartir el tiempo con ella. Lo dejé todo, pero ha sido tarde". Por su parte, el yerno de Mari Carmen Gea relató ayer que cuando trasladaron a su suegra al hospital "estaba clínicamente muerta" aunque permaneció varias horas "conectada a una máquina para mantener los órganos de su cuerpo vivos". Todavía compungido por el trágico suceso, José Moreno contó que su suegro estaba "hundido" y que lo único que en estos momentos le levanta un poco el ánimo es saber que dos de los órganos de su mujer "ya han sido trasplantados a otras dos personas", un gesto que les recuerda lo generosa que siempre fue y que "de algún modo sigue viva". Tras practicar el examen forense sus familiares, vecinos y amigos acudieron a velarla ayer al tanatorio de Santomera.

"Estamos hartos de denunciar falta de seguridad en el campo"

ASAJA Alicante y la Asociación de Mujeres y Familias de Ámbito Rural (Amfar) de Alicante lamentaron ayer el crimen y trasladaron todo su apoyo a la familia. Así, el responsable de ASAJA, Eladio Aniorte, dijo: "Estos hechos son una salvajada y, encima, todo por unos míseros euros. La gentuza capaz de cometer estos hechos no tiene ningún respeto por la vida. Hay que frenarles cuanto antes, pero estamos hartos de denunciar la inseguridad que hay en las pedanías y ver que no adoptan medidas efectivas. Esto no es posible. Provocan el miedo a las personas que residimos en las zonas rurales y también una gran indignación. Hay una gran alarma social en el campo porque vemos cómo nos hacen daño, se llevan todo lo que quieren, nos causan grandes destrozos y después, las penas que aplican son insuficientes. Necesitamos una normativa que sirva para potenciar la seguridad en el campo".

"La ambulancia tardó más de una hora y no iba un médico".

La hermana de Carmen Calderón, una de las víctimas de la agresión, se mostró ayer indignada porque "la ambulancia tardó más de una hora" en llegar al lugar "y dentro no iba ningún médico, solo técnicos sanitarios, por lo que tuvieron que esperar a que llegase otro vehículo" con un facultativo. A pesar del relato de lo sucedido, Ángeles Calderón aseguró ayer no guardar ningún tipo de rencor por la manera en la que se desencadenaron los acontecimientos hasta que llegaron los servicios sanitarios y agradeció enormemente que su hermana no corriera la misma suerte que su amiga. "Sólo quiero ver en la portada de los periódicos la imagen de la detención del autor y que pague por lo que ha hecho. Mi hermana está en shock, ni come, ni duerme. Tiene continuos temblores. Necesita que se esclarezca lo sucedido cuanto antes". El suceso conmocionó a los vecinos, que durante toda la jornada acudieron a interesarse por el estado de las dos heridas.