Entrar al Archivo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, ubicado en el Palacio Episcopal en plena calle Mayor de Orihuela, abruma. Volúmenes con hasta ocho siglos de historia cuidadosamente depositados en estanterías del siglo XVIII ven pasar el tiempo sin que la información que contienen pierda un ápice de importancia. Para algunos, de hecho, las páginas amarillentas encuadernadas con mimo y casi sujetas por un hilo que se deshace significan la posibilidad de emigrar. Así de sencillo y así de trascendente, porque la Diócesis y en concreto los tres licenciados en Historia que trabajan en el archivo están recibiendo una media de dos peticiones semanales de cubanos que buscan a sus antepasados. "Son cartas a veces manuscritas, en un sobre y con un sello", sin más, en las que "no lo dicen, pero sabes que lo que buscan es la nacionalidad", señala el secretario de la Comisión de Bienes Culturales, Mariano Cecilia. La llegada de estas misivas se ha intensificado desde hace unos dos años, asegura, aunque también es frecuente recibir solicitudes de franceses.

Esas peticiones se mezclan con las de muchos particulares que están confeccionado su árbol genealógico, pero siempre tienen prioridad, porque de la respuesta que pueda dar el personal de la Diócesis depende a menudo todo un plan de vida. A veces las señas son el lugar y la fecha completa de nacimiento de alguien, otras la única pista es "mi abuelo nació en Alicante" y un año.

La tarea es ingente y no siempre consiguen responder, pero emociona enviar de vuelta una carta en la que se incluyen los datos localizados en partidas de matrimonio, bautismo, confirmaciones o defunciones, que se pueden remontar hasta el siglo XVI. Cuando se localiza a alguien, en la partida suele poner los nombres de sus padres y de sus abuelos paternos y maternos, "de ahí hay que echar hacia atrás todo lo que puedas". Lo que después ocurre, si la carta llega o si con ella se logra algo, ya no es una cuestión que el personal de la Diócesis sepa responder.

Indexando

Cecilia explica que un equipo de voluntarios está trabajando en la digitalización de archivos parroquiales en toda la Diócesis e indexando las partidas sacramentales, algo que permitirá buscar por orden alfabético a los protagonistas de bautismos, matrimonios o defunciones con mucha más rapidez que actualmente, que se tiene que hacer a mano. La diferencia será abismal y redundará en beneficio de quienes estudien toda esta documentación, y en concreto de los genealogistas. Es precisamente una asociación de personas con esta afición la que ha acordado con el Obispado que llevarán a cabo ese meticuloso trabajo y después podrán tener acceso a los fondos. Mientras tanto, en Orihuela se siguen recibiendo las consabidas cartas a más velocidad de la que se pueden responder.