Los meses van pasando y mientras el Partido Popular se acostumbra a ser oposición el equipo de gobierno sigue esperando. Ayer se celebró un pleno que parece ser que será por ahora denominador común: más ruido que nueces. Los cuatro partidos que conviven en coalición sacan adelante sus propuestas -aún pocas, porque parecen más preocupados en intentar organizar el Ayuntamiento que dicen haberse encontrado y en dar transparencia al Ayuntamiento sacando todos los trapos sucios de la anterior legislatura-, mientras el PP está recién llegado de vacaciones. Precisamente, una de las cosas más comentadas ayer era el moreno de su portavoz, Mónica Lorente.

Mientras tanto, la sesión ofreció bien poco y sólo "La Diablesa" puso de acuerdo a todos los grupos a la hora de iniciar los trámites del expediente para que la obra de Nicolás de Bussy, "iconográficamente, única en el mundo", según la definió el concejal Manuel Culiáñez, se convierta en Bien de Interés Cultural (BIC). El único asunto que generó tensión en el pleno tuvo como protagonistas a Pepa Ferrando (PP) -tanto ella como David Costa empeñados en crispar el ambiente- y Ana Mas (PSOE). La primera se vengó de la segunda mostrando una errata en un díptico que ésta hizo para publicar por vez primera el pregón del Caballero Síndico Portador de la Gloriosa Enseña del Oriol. "Ha costado mil euros con fallos y se lo han dado a imprimir a la misma empresa que le hace la campaña al PSOE", soltó Ferrando como un dardo envenenado. Mas no entró al trapo, pero aprovechó su intervención para reprochar a la que fuera concejala de Cultura los últimos meses de su gestión: "Usted firmó con Pedrera (el empresario que cedió un Museo y su colección privada al municipio, como en su día aseguró Mónica Lorente) un convenio hasta el 30 de junio que no era más que una declaración de intenciones, una cesión, e la hizo con prisa la catalogación para llegar a tiempo de inaugurarlo antes de las elecciones. Se gastó 7.000 euros en el seguro y no 4.500 euros para tener la ficha definitiva de las obras".

Otro asunto que podía haber dado juego fue el de los once trabajadores del centro de la tercera edad que "estaban sin cobrar", tal y como denunció la portavoz del PP Mónica Lorente el miércoles y sacó a colación ayer e el pleno. Según descubrió el concejal socialista Emilio Zaplana, la empresa ha certificado estar al día con sus trabajadores. Eso sí, recuerda que el Ayuntamiento le debe un par de mensualidades, precisamente, de la época en la cual gobernaba el PP y que no se han pagado porque, al parecer, falta la firma de la entonces edil.