Los dos molinos con más historia de Orihuela, el de Riquelme (siglo XVIII) y el de la Ciudad (siglo XIX), están siendo objeto de un progresivo deterioro acelerado por los saqueos, según admitió ayer en una comparecencia el concejal de Patrimonio, Manuel Culiáñez, quien aseguró que esta situación sólo puede acabar con su desaparición si no se hace algo antes por lo que se está estudiando su adquisición por parte del Ayuntamiento o bien acordar una fórmula de cesión. Mientras que se decide qué se hace en los difíciles tiempos que corren, el edil aseguró que se va a vallar los alrededores para evitar más saqueos y robos.

Culiáñez no aclaró si esta tarea de reforzar el vallado o tapiar puertas para evitar más saqueos se realizará a cuenta de los servicios del propio Ayuntamiento, bien por los propietarios o si se cargará a estos los gastos que se generen. En cualquier caso, lo cierto es que los dueños no tienen obligación alguna de mantenerlos en perfecto estado porque no existe figura jurídica, cultural o histórica que les dé valor alguno. En cualquier caso, el responsable municipal hizo estas declaraciones después de conocer que en el primero de ellos han sido sustraídas una serie de piezas de hierro que fueron vendidas posteriormente como chatarra a peso. "Algunas se han recuperado -aseguró Culiáñez- y otras las estamos buscando". El concejal admitió igualmente que no existe inventario alguno de estos bienes, qué hay en su interior o que tenían antaño por lo que la tarea que se emprende no será sencilla.

Propiedad

Los dos molinos están situados en terrenos de la Confederación Hidrográfica del Segura y son de propiedad privada. Del Molino de la Ciudad, que es propiedad del empresario Antonio Pedrera, el objeto no es sólo recuperarlo. Se pretende invertir en una especie de centro de interpretación aprovechando dos cuestiones tan turísticamente interesantes como la naturaleza y el medioambiental donde se de protagonismo al río Segura y a las tareas que a lo largo de la historia se desarrollaban allí.

Culiáñez aseguró que el primer paso es hablar con los propietarios y con la CHS y que el Ayuntamiento no quiere dejar que pase el tiempo pero que, mientras tanto, se ha solicitado a la Policía Local que esté alerta y se ha solicitado la colaboración ciudadana para poder denunciar situaciones como éstas y evitar nuevos expolios.

35.000 euros para la iglesia de San Agustín

El concejal de Patrimonio aseguró que el Ayuntamiento va a destinar 35.000 euros para salvaguardar un bien del Obispado, como es la iglesia de San Agustín, que lleva años cerrada por su progresivo estado de deterioro. Culiáñez aseguró ayer que la actuación consistirá, básicamente, en colocar unas telas en la cúpula para evitar la caída de piezas y, especialmente, que las palomas continúen entrando al templo.

El edil añadió que el dinero saldrá de las arcas municipales, no de colecta o actividad solidaria alguna que al Ayuntamiento se le haya pasado por la cabeza, tal y como asegura el Sindic en un escrito que les envió y en el que, precisamente, se interesaba por el mal estado del templo a pesar de que no es municipal. Culiáñez aseguró que el Ayuntamiento sabe que la única obligación que tiene es la de la salvaguarda del patrimonio y vio en estos 35.000 euros un gesto hacia el Obispado de cara a abrir una etapa de colaboración que permita firmar un convenio marco sobre los edificios eclesiásticos oriolanos. m.A.