La Politécnica de Desamparados celebró ayer un simulacro de incendio y constató que unas 200 personas evacúan el edificio más concurrido del campus de forma inmediata, pero que los Bomberos tardan en llegar casi 30 minutos y que de haber sido real el fuego la situación habría sido muy grave. No se trata del tiempo que los efectivos emplean para ir desde el Parque de Orihuela (en el barrio de San Antón) hasta la universidad -que fueron diez minutos, una muy buena marca según los propios efectivos, teniendo en cuenta que les separan seis kilómetros y una carretera de un solo carril con badenes en los que hay que frenar mucho con un vehículo pesado- sino de que el protocolo del 112 hizo que se enteraran de la emergencia 17 minutos después de pedir ayuda.

El hipotético fuego se originaba a las 10.30 horas en un armario de productos químicos, un almacén en el que se guardan sustancias tóxicas o explosivas, por lo que "media hora de incendio es terrorífica", consideró el director de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO), Juan José Ruiz. El alcalde, Monserrate Guillén (que dirige el área de Seguridad municipal), valoró que "la marca es mejorable" y aseguró que "el Ayuntamiento colaborará para que la respuesta se produzca de forma más inmediata la próxima vez". Ambos, sin embargo, alabaron la rapidez de desplazamiento de los Bomberos.

Y es que, según una fuente de este servicio, cuando se llama al 112 descuelgan el teléfono en Valencia, desde donde se piden muchos detalles (número de alumnos, altura del edificio...) para después contactar con el Parque de San Vicente (central para la provincia), que a su vez pide datos para organizar efectivos y llamar a su vez al Parque de Orihuela. Tres llamadas, 17 minutos. "A veces la gente nos llama directamente y es más rápido, el 112 tiene ese inconveniente, pero tiene las ventajas de que en una sola llamada se da traslado a todos los medios (Protección Civil, Samu, Policía...), es un fácil de memorizar y sirve para toda Europa".

Mientras se cumplía todo ese protocolo de contactos telefónicos, Policía Local y Protección Civil llegaron antes a la Universidad, pero no podían entrar al Edificio Tudemir, en cuya segunda planta estaba el foco del fuego, hasta que llegaran los Bomberos por cuestiones de seguridad. En ese tiempo el primer objetivo es saber si hay alguien atrapado.

Juan José Ruiz explicó que para recrear una situación real la Universidad no les avisa del día, la hora, ni el edificio del simulacro. Alumnos, docentes, personal administrativo y de servicios del campus (respectivamente unos mil, 120 y 40 personas) desconocen totalmente si se trata de un ensayo o de una emergencia real.

Fallos

En cuanto al plan de seguridad de la Universidad Miguel Hernández, que asigna roles a docentes o al conserje del edificio y crea un equipo de emergencia, se llevó a cabo satisfactoriamente (todos acudieron al punto de encuentro inmediatamente, se cortaron la electricidad y el gas), aunque con algunos fallos que hay que pulir. Por ejemplo, se dejaron abiertas algunas puertas cortafuegos, según les recordaron los Bomberos. "Para eso se hace el simulacro", señaló el cabo; ahora se trata de tomar nota para que esos fallos no se den en una situación real.

"¿Hay productos que exploten con el agua?"

Lo primero que hicieron ayer los Bomberos al llegar a la Politécnica y planear cómo extinguir el fuego simulado en un almacén de productos químicos fue preguntar si en él se guardaba alguna sustancia que explote al contacto con el agua. El cabo de Bomberos del turno que realizó ayer el simulacro señaló que se ha detectado que en este armario de seguridad, que es como una sala pequeña con medidas de seguridad especiales, falta colocar pegatinas en la parte de fuera de la puerta que indiquen qué hay dentro: productos tóxicos, sustancias corrosivas, otras que reaccionen con el agua...

De otro modo, ¿cómo podrían decidir los Bomberos con qué tipo de extintor atajar el fuego si se declara, por ejemplo, en plena noche o cuando no haya un responsable del laboratorio presente? El simulacro, indicó el cabo, trata de detectar este tipo de carencias que ahora hay que solucionar para que nunca sean un problema real.