Miles de usuarios emplean a diario el transporte urbano en Torrevieja. Con sus siete líneas une casco urbano, centros de salud, hospital y playas con más de cien urbanizaciones desde hace dos décadas. Es gratis, pero eso también se paga. El nivel de exigencia en la calidad del servicio, sobre todo en las frecuencias de paso, está bajo mínimos. Mientras en otras ciudades los pasajeros pueden comprobar en tiempo real en sus móviles en qué momento exacto va a pasar el autobús que les interesa, en Torrevieja es toda una aventura, como pudo comprobar ayer este diario.

Los horarios no están ni por escrito en las paradas. Uno llega al monolito indicador de que por allí pasa la línea que le interesa y si ve que hay gente, sobre todo en verano, es que la llegada es inminente. Hay líneas como la "A" de La Mata por la costa que pueden llegar a tener 44 paradas. La ausencia de personal es indicativo de que te faltan 20 minutos de espera... en el mejor de los casos. Treinta y cinco es lo normal. O pudieran ser incluso 70 si realiza el recorrido de La Mata por la Avenida de París y sus zonas residenciales del interior.

Hasta tal punto es una incógnita cuándo van a pasar los autobuses que los taxistas, sobre todo en verano, merodean por allí para "cazar" a más de un cliente desesperado bajo el sol. Esa línea de La Mata iba ayer a tope de público debido a que cada miércoles se instala allí el mercadillo semanal. También, todavía, la utilizan familias con destino a la playa y muchos, muchos, pensionistas. No todo el mundo accede con la tarjeta. El ticket ordinario cuesta 1,20 euros y por cada ida y venida en todo el recorrido - casi un diez por ciento de los usuarios termina pagando.

No hay indicativos de horarios de las líneas ni tan siquiera en las principales paradas. Como es el caso de la situada en el Hotel Fontana, en Ramón Gallud, en la que hacen espera a diario cientos de personas. Por no haber, tampoco hay señales verticales de paradas, ni siquiera en el centro, caso de la calle San Policarpo.

La flota de autobuses es moderna y cómoda, hasta donde pueden serlo para un servicio de estas características. Están ya equipados con la máquina que no sólo permitirá el reconocimiento de los nuevos pases a partir del lunes, también proporcionará al viajero un billete, un recibo del servicio, pese a que sea gratuito. Ahora el sistema de acceso tiene una fórmula de verificación más bien doméstica: El pasajero sube, muestra la tarjeta con su rostro al conductor, éste comprueba que se corresponde y listo.

Una tarjeta que no supone, de momento, una mejora del servicio

Miles de usuarios se han hecho con la denominada tarjeta ciudadana que dará acceso al autobús interurbano gratuito desde el lunes. El documento cuesta 35 euros y tramitarlo supone un alarde de esperas frente al antiguo Ayuntamiento de Torrevieja. Es la primera vez que los usuarios con tarjeta pagan algo por acceder a él. Sin embargo, esa es la única novedad que presenta el bus periférico de Torrevieja en estos momentos. No ha habido ni renovación de paradas, ni de la información que se ofrece, ni ampliación de recorridos o líneas.

Tampoco se cumple la aspiración de que exista un horario de paso aproximado. Eso sí, el nuevo pase identificará al usuario con todos sus datos y además le impedirá el paso si se ha dado de baja en el padrón municipal. Por lo menos, si se usa el autobús gratis, que se pague, piensan desde el Consistorio. El objetivo es evitar el fraude actual. Y es que cualquier vecino puede colarse ahora con una facilidad pasmosa.