Que no forma parte de la arquitectura de vanguardia local salta a la vista, pero ocupa un lugar privilegiado en las concurridísimas instalaciones del muelle pesquero de Torrevieja, uno de los enclaves turísticos más visitados de la ciudad. Tampoco es un monumento al "naufragio" de la flota artesanal de cerco. Se trata del barco pesquero "Pesjuárez III", que en el verano de 2010 tuvo que ser varado a tierra porque, después de años inmovilizado, se hundió junto al muelle.

Después de más de un año, ningún estamento se ha hecho cargo de esta embarcación, cuyo estado es tan lamentable que hasta los "okupas" que la tomaron como refugio temporal para no dormir al raso la abandonaron hace meses.

Las gestiones realizadas por el Ayuntamiento con el fin de que las autoridades portuarias se hagan cargo del citado pesquero para retirarlo de su ubicación no han dado resultado alguno hasta la fecha; al igual que las llevadas a cabo por otras entidades locales relacionadas con la actividad portuaria.

Joaquín Albaladejo, portavoz del grupo municipal del PP que gobierna el Ayuntamiento, calificó la situación jurídica del viejo pesquero de "calamitosa" al estar embargado por la Tesorería General de la Seguridad Social, además de pesar sobre él otras deudas, por lo que la administración local no puede limpiar ni las viejas astillas desprendidas de su casco.

Acceso

El concejal dijo ser consciente de que la situación es motivo de preocupación del alcalde Eduardo Dolón, dada la penosa imagen que ofrece el barco en el acceso al puerto, en pleno centro de la ciudad, una de las zonas más concurridas por los visitantes durante el verano. A ello se suma el mal estado general que presentan las instalaciones del muelle pesquero (con limitaciones de acceso a servicios públicos como la Policía Local), todavía a la espera de su prometido plan de remodelación.

Por su parte, el concejal de Pesca del Ayuntamiento, José Eduardo Gil Rebollo -quien anunció que ha realizado diversas gestiones para solucionar el problema-, aseguró que mientras sobre la embarcación permanezca el embargo "no se puede ni tocar". "Como muchos de los torrevejenses estoy avergonzado de esta situación más propia del tercer mundo", añadió explicando que "como las cuadernas del barco (estructura) son de madera de olivera, puede resistir en el mismo sitio seis o diez años más, a no ser que algún desaprensivo le prenda fuego". Gil Rebollo fue más lejos al afirmar: "Si se hace una colecta para levantar el embargo del barco, aporto de mi bolsillo los primeros euros".

Lo peor de esta situación es que puede generar algún accidente, además de constituir un refugio para roedores e infinidad de cucarachas que campan a su anchas entre los viejos maderos.

La licencia de pesca no sirvió como aval

El triste final de uno de los barcos que convirtieron la flota de cerco torrevejense en una de las mejores del Mediterráneo ha sido un cúmulo de despropósitos. La Tesorería de la Seguridad Social no accedió a levantar el embargo del pesquero al rechazar como aval la venta inmediata de su licencia de pesca. Con los ingresos obtenidos con la citada venta avalada por la Cofradía de Pescadores (también acreedora), este organismo, al igual que la Tesorería de la Seguridad Social y otros acreedores hubiesen cobrado, quedando todavía dinero para su dueño, que se ha declarado insolvente. Semihundido junto al muelle de atraque y a punto de quebrarse por la prolongada inactividad, lo gastos para sacar el barco a tierra realizado con varias grúas de gran tonelaje ya fueron importantes. De haberse partido en dos o más pedazos se podrían haber retirado sin problemas. Pero el barco que fuera nombrado en su botadura como "La Alegría" se resiste a desaparecer. m. p. a.