Aunque no se puede hablar de suerte por las consecuencias medioambientales sufridas en el parque natural, sí se puede considerar que se tuvo fortuna, ya que cuando se produjeron los cuatro incendios provocados no soplaba brisa alguna en la zona. Esta circunstancia, junto a la inmediata respuesta de los servicios de emergencia, evitaron que las llamas se propagaran or una superficie mayor a la calcinada, cuya vegetación está muy seca en esta estación del año.