Una actividad que podría reconquistar de nuevo la huerta de la comarca. En el año en que se cumple el 25º aniversario de la Demostración Nacional de los Trabajos del Cáñamo un proyecto de cultivo experimental coordinado por la Universidad Miguel Hernández plantea sembrar de nuevo esta planta en los campos de la Vega. La fabricación de productos y materiales ligados a las fibras de cáñamo no se limitan ya a la producción de hilos, cuerdas, redes y zapatillas, sino que en la actualidad es posible producir desde hojas de papel hasta materiales aislantes para la construcción de viviendas, pasando por combustible, perfume o pinturas al óleo. Pero el oficio se pierde con los años y se hace necesario un relevo generacional que garantice la perpetuidad de este importante patrimonio.

Como cada 14 de agosto desde hace veinticinco años, los mayores de la localidad salieron ayer a la calle para mostrar al mundo cuál fue la actividad que durante décadas sustentó a toda una comarca. Se trata de una exhibición que cada año congrega en Callosa a centenares de personas que se dan cita para recordar con nostalgia lo que más que un trabajo fue una forma de vida. Antiguos agramadores, rastrilladores o trenzadoras acudieron fieles a su cita anual para mostrar al público local y visitante el proceso mediante el que se transforma esta vasta planta en resistentes fibras.

Investigación

El fundador del Museo y de la Escuela del Cáñamo, Roque Albert, explicó ayer que la plantación experimental que está en marcha en Rojales está dando buenos resultados que avalan que su producción es rentable. El proyecto continuará ahora en tierra callosina para experimentar con las barillas obtenidas y ver si contienen la fibra suficiente.

Confía en que retomar la actividad podría servir para crear muchos puestos de trabajo dadas las condiciones climatológicas que hacen de la comarca un lugar excepcional para la plantación de este cultivo. Pero considera fundamental que se potencie la actividad de la Escuela del Cáñamo ubicándola en un lugar céntrico del pueblo para animar a la participación de las generaciones más jóvenes. "Si no se favorece la enseñanza de este oficio las labores del cáñamo podrían ser un espejismo en pocos años".