La Gloriosa Enseña del Oriol, el símbolo más valioso de los oriolanos, se restauró en 2009 con la idea de introducirlo en una urna y dejarlo contemplar el paso de los años sin sobresaltos. Se lo ha ganado desde que hace siglos se convirtió en el estandarte de Orihuela. Para las fiestas de La Reconquista -cuya tradición manda exponer este pendón, El Pájaro, en el balcón durante 24 horas- se construyó una réplica exacta al original destinada a pasar las penurias de la intemperie y sufrir la eventual lluvia, el viento o las inclemencias del tiempo (aunque las amenazas climáticas son pocas más allá de un calor de casi cuarenta grados, porque el Día del Pájaro es el 17 de julio).

Sin embargo, sólo un acto protocolario separa a la réplica de recorrer con solemnidad las calles en el desfile del domingo. Y es que aunque la mayoría de los antecedentes de banderas y portaestandartes son militares y Orihuela tiene un reglamento de honores y distinciones caducado desde la década de los 50, hay cierta unanimidad en torno a que el acto que le falta al Pájaro de Orihuela es un traspaso de poderes que debería efectuar el presidente de la Generalitat, Francisco Camps. La exalcaldesa de la ciudad, Mónica Lorente (PP), ya anunció hace dos años que la cosa era inminente y que el estandarte original se iba a declarar Bien de Interés Cultural (BIC).

Sin embargo, primero en 2009 y después en 2010 el Oriol original ha salido al balcón del consistorio, ha descendido colgado de cintas para no inclinarse, ha hecho su tradicional reverencia ante el altar de la Iglesia de las Santas Justa y Rufina y ha vuelto a subir para entrar al Ayuntamiento de nuevo a las doce de la noche del día 17 de julio. Y es que esta señera no se inclina ante nadie más que Dios y el Rey (aunque curiosamente nunca ha tenido que la oportunidad de hacerlo ante un Borbón) y sólo se expone 24 horas al año, sin excepción. Y lo volverá a hacer este año

Restauración

El Instituto Valenciano de Conservación y Restauración (IVACOR) de la Generalitat se ocupó durante ocho meses en 2009 de restaurar la señera oriolana, sólo comparable en valor histórico y patrimonial a la de Valencia. Según algunos historiadores, al menos desde 1602 se celebraba la Reconquista del siglo XIII sacando a la calle la señera con un pájaro Oriol de plata dorada coronando el pendón. Al menos desde 1.605, continúa evidenciando la historia, se desprenden de él cintas y borlas que sostienen cada uno de los miembros de la corporación para llevarlo en procesión.