El candidato del PSOE, Raúl Valerio Medina, ganó las elecciones con mayoría relativa y seis concejales. El Partido Popular (PP) con su alcaldable, Charo Bañuls, obtuvo cinco; y la formación de nuevo cuño de Aurelio Murcia, dos. El pacto entre las dos últimas es obligado para arrebatar la Alcaldía y dejar atrás 28 años de hegemonía socialista. Pero con una salvedad. El PP está hecho trizas en Bigastro, hasta el punto de que ya cuenta con dos sedes en un municipio de 6.700 vecinos. Hay tres facciones claras.

El PP "primera parte", es el que representa Charo Bañuls y sus concejales, manejados por la vieja militancia popular y la dirección provincial. El PP, "segunda parte", es el que representa el presidente local, José Antonio Ricart, edil los últimos 8 años y el secretario general José Manuel Sánchez, además de la mayoría de la junta directiva local, que lleva meses siendo desautorizados por la dirección provincial. Han sido la cara del partido en los últimos años. Todos, incluido quien debería ejercer la dirección del grupo, fueron excluidos de la candidatura del PP. Y van a ser excluidos también de la negociación del pacto electoral.

"El tercer PP", lo es desde abril: La candidatura independiente Unión Popular Liberal y Centrista, creada por Aurelio Murcia por la que no daban un euro ni sus ex compañeros, que lo echaron el día que le dijeron que no era candidato tras haberlo sido en 2007. Tampoco apostaba por el PSOE, que no termina de asumir que 775 votos del electorado de Bigastro haya sido fiel al singular y polémico estilo político de Murcia.

Ayer Charo Bañuls, de la mano del coordinador comarcal, Rafael Vives, quiso clarificar la situación antes de que los acontecimientos la desborden. En su primera comparecencia tras las elecciones agradeció el respaldo de los vecinos, "teniendo en cuenta los varios frentes abiertos, que no solo incluyen las diferentes candidaturas, también los miembros de la junta local que han estado en contra desde el principio". Bañuls explicó que el presidente y el secretario dicen que "han comenzado las negociaciones porque yo me niego a la negociación. Hemos decidido dejar una semana de reflexión antes de comenzarlas". Bañuls, poco curtida con los medios de comunicación, subrayó que "los únicos autorizados para realizar dicha negociación somos los miembros de la candidatura apoyados y respaldados siempre por la dirección provincial".

Miércoles

El presidente y el secretario convocaron una junta general extraordinaria el miércoles "a la que ninguno de los miembros elegidos de la candidatura asistimos porque consideramos que no era el momento para convocarla y en el que uno de los puntos a tratar era precisamente el pacto". En esa reunión, según Bañuls, se dijo que si los concejales electos no se plegaban a las decisiones de la dirección local podrían ser expulsados, algo que no recoge el acta, tal y como demostró ayer José Antonio Ricart, presidente del partido, quien remitió una copia del documento en la que se constataba la ausencia de los ediles, pero también el voto favorable y una abstención de 7 de los 13 componentes de la junta a la negociación con Murcia. Ricart recordó que la falta de asistencia no justificada es una vulneración de los estatutos. Vives remarcó por su parte que se va a negociar con Aurelio Murcia, sin duda, pero sin "las distorsiones" del presidente local. Murcia asumió el mensaje ayer y dijo estar a la espera de la llamada de Bañuls.

El PPCV y sus dos varas de medir en la Vega Baja

La situación que se ha creado en Bigastro contrasta con el criterio que el PPCV ha expresado estos días, en el que asegura que "deben gobernar las listas más votadas".

Pero sobre el terreno, en el ámbito de la gestión híperlocal ese criterio cambia.

El PP negocia abiertamente quedarse con el gobierno de Benijófar, con el de Pilar de la Horadada, con Rojales y con Bigastro. Municipios donde es la segunda lista más votada. Y lo quiere hacer, con pactos, en todos los casos, con candidaturas independientes para arrebatarle la vara de mando al PSOE, que gobierna en esas localidades desde hace décadas. D. P.