Las muñecas de porcelana son consideradas artículos de coleccionista. Pero ahora lo que se lleva son las fabricadas de resina provenientes de Corea y Japón. Las Ball Jointed Dolls (BJD) son muñecas articuladas mediante un sistema de bolas y gomas tensadas y se caracterizan por permitir la personalización total de las figuras. Se pueden comprar los moldes y todos los complementos en sus páginas web.

También se venden pelucas de todos los colores y formas, desde cabello liso a tirabuzones, ojos de fantasía o de varias tonalidades. Puedes elegir el color de las pestañas. Con piel morena o blanca. Los tamaños más comunes son de 70 centímetros, 45 o 28. Incluso se pueden maquillar y su precio oscila entre los 100 y los 350 euros. La oriolana Sara Moreno descubrió a estas BJD hace siete años por una amiga. Compró a "Hideto", un muñeco al que quería personalizar con el aspecto de un cantante de rock japonés pero lo ha ido modificando hasta convertirse en un diseño propio.

Empezó a experimentar el maquillaje con su figura articulada hasta dominar la técnica. Desde hace tres años maquilla mediante encargo en su estudio. Una muñeca en Orihuela, dos en Valencia, cinco en Murcia y así hasta doce trabajos. Sus clientes quieren materializar a los personajes de sus historias mediante la personalización y el maquillaje. "Todo es arte y creatividad con estos muñecos, permiten crear personajes en tres dimensiones", afirma Moreno. Puede hacerlas muy morenas, con cicatrices o pecas en el cuerpo y en la cara. También moldea los rasgos. Marca los pómulos, crea hoyuelos, reduce la nariz o modifica la forma de la cara, según los rasgos que pida el cliente.

Sara puede tardar más de una semana en maquillar una cabeza. El procedimiento que realiza es pintar una primera capa de un color de piel básico. Fotografía el resultado y si le gusta al cliente, la fija con un espray importado de Japón, el único que permite un acabado mate, sin brillos y con protección solar. Hasta ahora no ha encontrado otro material que deje el mismo efecto. Luego realiza otra capa, así hasta seis como máximo.

Si se equivoca en algún punto borra con un disolvente empapado en algodón. "Lo más raro que he maquillado es una muñeca con rasgos de la Emperatriz Infantil de la Historia Interminable", afirma la maquilladora. Las herramientas que utiliza se pueden encontrar en cualquier papelería o tienda especializada de arte. Barras de pastel, lápices de colores y acuarela.

Siempre pintura con base de agua y que sus componentes no sean grasos porque estropean la resina de poliuretano. Estas muñecas deben protegerse de la luz solar y el clima para conservarlas. Sin embargo, con el tiempo se amarillean. "Se soluciona lijando. Una vez tuve que blanquear una muñeca de color verde fluorescente porque la resina era de mala calidad", comenta. Y es que personalizar estas muñecas se ha convertido en todo un arte.