Es la primera protesta pública que se produce en la historia de la Policía Local en 150 años y tiene como objetivo difundir las deficiencias en las que desarrollan su trabajo y las carencias organizativas, además de los privilegios de los que supuestamente disfrutan algunos mandos y que achacan al director general Javier Mínguez. El objetivo no es una presencia masiva de público. La plantilla apenas supera los 170 agentes.

El sindicato UGT se ha desvinculado asegurando que está politizado ya que los partidos que ahora lo respaldan no supieron antes apoyar sus reivindicaciones y que, en esencia, coinciden con las de CCOO. UGT dio a entender sin embargo que lleva denunciando esas situaciones más tiempo.