El jurado popular declaró ayer por unanimidad culpable de asesinato a Amable Danilo Barrionuevo por la muerte en abril de 2008 de su ex novia, a la que asfixió con una cuerda de persiana y cuyo cuerpo fue lastrado y arrojado a una balsa de riego próxima al lugar donde se produjo el crimen en la localidad de Pilar de la Horadada.

La vista por este asesinato, para que el tanto el Ministerio Fiscal como los representantes del Estado y de la Generalitat Valenciana y el letrado de la acusación particular pedían inicialmente 20 años de prisión por un delito de asesinato con la agravante de parentesco y el abogado de la defensa solicitaba medidas de prueba y la libre absolución, se celebró ayer en la sección séptima de la Audiencia. En su declaración, en la que el procesado reconoció haber dado muerte a su ex pareja de modo premeditado, el acusado explicó que en marzo de 2007 (trece meses antes de producirse el crimen) rompió la relación sentimental que mantenía con Laura Jiménez "porque me hacía la vida imposible y no quería una relación seria". Amable Danilo Barrionuevo aseguró que la joven, que en el momento de su muerte tenía 18 años, nunca aceptó que tras la ruptura él tuviera relaciones con otras mujeres y que, incluso, le ponía denuncias falsas. Por ello decidió acabar con su vida. "No aguantaba más y exploté", contestó a las preguntas del fiscal.

Una vez oída la declaración del acusado, tanto el fiscal como las acusaciones y el abogado de la defensa modificaron sus peticiones de pena inicial para solicitar 16 años de prisión para el acusado al concurrir en el caso el atenuante analógico de confesión, ya que tanto en las dependencias de la Guardia Civil como en el juzgado de violencia de género de Orihuela el acusado se declaró culpable del crimen. De hecho, tal y como remarcó la defensa y tuvieron en consideración las acusaciones particulares y el fiscal, los datos aportados por el procesado permitieron esclarecer con prontitud el modo en el que sucedieron los hechos y aceleró la instrucción de la causa que ayer quedó vista para sentencia.

Posteriormente, los miembros del jurado popular se reunieron a deliberar durante poco más de media hora y declararon por unanimidad al acusado culpable del hecho delictivo. En los elementos de convicción, los miembros del jurado tuvieron en cuenta que el acusado había admitido los hechos.

En relación a la responsabilidad civil, todas las partes se adhirieron a la petición del fiscal para que al acusado abone 120.000 euros a la madre de la fallecida y 30.000 para la abuela materna con la que convivía, aunque al parecer el procesado es insolvente.

testificación

Un juicio rodeado de una tensa calma

Una calma tensa se respiraba ayer en la sala de la audiencia donde se celebró a la vista al congregarse en su interior un buen número de familiares y amigos de la fallecida que se encontraban muy nerviosos por los acontecimientos. De hecho, el presidente de la Audiencia aconsejó desalojar el banco ubicado tras el acusado con el objetivo de mantener una cierta distancia y conminó a los presentes a guardar la calma para no tener que desalojar la sala. De hecho, los presentes mantuvieron la compostura incluso cuando escucharon la declaración del reo y del Ministerio Público. Con todo lujo de detalles, la declaración del acusado y el relato del fiscal basado en las dos declaraciones previas del procesado y en las pruebas testificales fueron mostrando cómo el acusado llamó a su ex pareja en 10 de abril de 2008 y con la intención de quedar con ella para matarla la engañó diciéndole que tenía un negocio con el que podrían sacar algún dinero, por lo que la joven accedió a quedar con él. Entonces se marcharon hasta un paraje deshabitado cercano a la fábrica donde Amable Danilo Barrionuevo trabajaba, aunque fue ella la que condujo el coche porque él tenía retirado el carné de conducir. Con la excusa de vigilar la zona, el acusado salió del coche y se colocó en el asiento trasero con la intención de coger un cable que ya llevaba preparado y con el que intentó asfixiarla, aunque como se le rompió recurrió a una cuerda de persiana que llevaba en el respaldo del asiento y la mató. Posteriormente, una vez que comprobó que estaba muerta, la llevó a una balsa de riego próxima y le colocó unas pesas metálicas (que había ido almacenando en los días precedentes para llevar a cabo el crimen) alrededor de la cintura y tras atarle las manos con una brida y los tobillos con los cordones de los zapatos que llevaba la joven la tiró a la balsa. Entonces se marchó rápidamente del lugar. "Me arrepentí, pero no sabía qué hacer". El imputado permaneció varios días en su domicilio de Pilar de la Horadada hasta que se marchó al domicilio de un amigo en Torrepacheco, donde el 2 de mayo fue detenido. El cadáver fue hallado once días después.