Antonia Moreno (PSOE) pidió permiso municipal y la colocaron con su parada junto al lugar de los pollos a l'ast. Decía ayer que había repartido en mano, ella y los suyos, cerca de 2.000 abanicos rojos como la pasión. Pero aquello no era una simple propaganda porque el ventilador más barato del mundo se entregaba con mensaje. Había caramelos y programa, mucho programa. Emilio Zaplana -número 5 de la lista socialista- había montado junto a varios compañeros la mesa antes de las 9 de la mañana donde les habían asignado y miraba con desagrado cómo se las gasta el PP, que llegó más tarde, con camión incluido, una pequeña mesa, casi de camping, y pocos regalos. Simplemente, unas camisetas ¡con lo que ha sido este partido¡. Será cosa de la crisis. Eso sí, varios concejales y muchos besos para dar.

Los populares venden a Mónica Lorente y están encantados porque soltarla en medio del mercado es verla en estado puro, aunque los carteles en contra de la ubicación del mercado en esta zona y el cabreo de muchos vecinos sea asunto de conversación desde hace más de un año. Ayer, desde su gabinete de Comunicación, se decía que prácticamente habían tenido que sacarla a rastras de allí porque las oriolanas la ven, la cogen y ya no la dejan.

"Vamos Mónica, ¡a ganar!", le espeta una señora a poco más de 5 metros de donde está Antonia Moreno. Al equipo de la regidora, que había acudido para hacer un "cuerpo a cuerpo" con la líder de los socialistas (aunque casi ni se hablan), se le pasó la hora del almuerzo -algo muy importante en estos días con el frenesí que llevan todos- y aparece por la sede del PP, que está a 200 metros, comiendo unos churros antes de enfilar el coche camino de otro destino.

Nadie sabe cuánta gente pasa cada martes por el mercado de Los Huertos y es dicífil marcharse sin llevarse una pesada bolsa con frutos de la huerta debajo de cada brazo, pero ayer había sitio para los programas de casi medio centenar de páginas de los partidos y para el mensaje. Se dio a la cita también Pedro Mancebo y parte de su equipo. No habían montado un tenderete pero van cargados de ideas y proyectos para el barrio: "Adecuación de parques infantiles y zonas verdes, nuevo mobiliario urbano, alumbrado público y por supuesto una solución al problema del mercadillo estudiando las posibles opciones para llevárselo a una ubicación distinta de la actual". El líder de CLr reparte rosas naranjas y no le gusta que los agentes le obliguen a sacar de allí su enorme bus de campaña. "¡Pero si no molesta"!, le protesta al guardia que no atiende. También está el candidato de IU, Carlos Navarro, repartiendo sus programas.

Mancebo no puede competir en el mercado con dos mujeres como Moreno y Lorente, más duchas en este terreno. Ellas callan y escuchan, sonríen y dejan un mensaje nada sibilino: "El día 22, acuérdate de mí", dicen, antes de despedirse de cualquier oriolano que pasa por allí. Aquí todos se conocen. Los de Lorente hacen escarnio de Moreno y viceversa. En este duro pugilato que son las elecciones, un mercado ofrece una multicolor oferta para los compradores y ayer también para los de votos. Ambas se sienten ganadoras, aunque Lorente se marcha mucho antes y Moreno apura hasta que el último abanico está en la mano de un vecino.