La operación "Almo" contra la banda de narcotraficantes del falso cura valenciano del barrio de Natzaret, instruida por una juez de Torrevieja, se ha saldado con la detención de 34 personas de cinco nacionalidades (27 españoles, cuatro colombianos, un italiano, un holandés y un británico) y con la incautación de dos toneladas de cocaína, 101 bienes inmuebles por un valor catastral de más de tres millones de euros, 39 vehículos, un arma de fuego, 500 tarjetas de telefonía móvil, 35.000 euros en metálico, 15 ordenadores y 14 discos duros. Ha informado de ello la Guardia Civil, que da por desarticulada esta red internacional después de 15 registros domiciliarios en las provincias de Valencia y Alicante y de una actuación coordinada con las policías de Colombia, Marruecos, Italia, Holanda, Bélgica y Reino Unido.

El Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO) descubrió que la organización se dedicaba también al blanqueo de capitales y a cometer extorsiones, amenazas y secuestros contra miembros de la red para asegurarse las operaciones o cobrar pérdidas. Según la Guardia Civil, el grupo "estaba perfectamente organizado y contaba con la infraestructura para introducir a través de diversos puertos españoles grandes cantidades de cocaína oculta en el interior de contenedores para su posterior distribución en distintos puntos de España y otros países europeos".

La investigación se inició en abril de 2010 a raíz de la información obtenida por la Guardia Civil en dos operaciones anteriores contra grupos dedicados al blanqueo de capitales. Se obtuvieron pruebas suficientes para vincular a una persona con el tráfico de drogas, así como también con un grupo organizado que se dedicaba a introducir la droga por el puerto de Valencia. Este grupo a su vez se relacionaba con otras personas de Colombia y residentes en España.

Vigilancia

La coordinación entre los enlaces policiales y las vigilancias transfronterizas permiten imputar a los detenidos delitos contra la salud publica, asociación ilícita, pertenencia a organizaciones y grupos criminales, blanqueo de capitales, contra la seguridad vial, atentado o tenencia ilícita de armas. Además se descubrieron otros grupos asociados de forma intelectual o financiera, dedicados a la introducción de la cocaína por diferentes puertos y aeropuertos de Europa, utilizando a terceras personas a las que pagaban por sus servicios. El grupo constituía un entramado complejo con distribución de funciones concretas para dificultar la investigación y facilitar la organización, comprar teléfonos a nombre de terceras personas o trasladar la droga.

Entre los intentos de introducir droga que se les imputan están once kilos de hachís en mayo de 2010 en Tánger (Marruecos), dos operaciones en julio con 115 kilos de cocaína en el puerto de Tarragona y otros 132 kilos en el puerto de Valencia, así como otros 139 en septiembre en el aeropuerto de Schiphol en Amsterdam (Holanda), 564 en el puerto de Marín (Pontevedra), 13 y 22 kilos en el puerto de Amberes (Bélgica) y otros mil kilos de cocaína en el puerto de Gioia Tauro (Italia) en noviembre.

También se investigó el secuestro del falso cura, Vicente A. P., por parte de paramilitares en la selva de Colombia. Al parecer tuvo que pagar una gran suma de dinero.